Rutas por el Pirineo: octubre 2012

miércoles, 31 de octubre de 2012

Zecutar (2.062 m.), Balcón de Pilatos (2.358 m.), El Huerto (2.214 m.) desde Acumuer

Subida por barranco de Zecutar y bajada por barranco de Cantal

Ambiente puramente invernal a finales de octubre. Sol , primeras nieves y fuertes rachas de viento helador

28 de octubre de 2012,

Parece que el invierno se ha adelantado. Hoy amanece nevando en cotas bastante bajas. Por encima de 1.200 metros las laderas despiertan espolvoreadas de blanco y las cimas más elevadas se ven muy blancas, parece que acumulan varios centímetros de nieve.

Si a esto le añadimos la alerta por fuertes rachas de viento norte hicimos bien en cambiar nuestro plan inicial, más ambicioso en altitud, por otro que transcurre más resguardado por la vertiente sur de la Sierra de la Partacua. Nos permitirá además visitar una cimas nuevas para nosotros, modestas y poco conocidas, pero no por ello menos atractivas.

Subimos con el coche hasta Acumuer y aparcamos en una curva antes de llegar al pueblo (cota 1.085 m.). Una barrera impide el paso con vehículos a la pista que remonta en dirección norte hacia la cabecera del río Aurín. Nos espera una buena pateada.

Durante buen parte del recorrido podremos vislumbrar frente a nosotros y sobresaliendo por encima de los árboles las cimas de los Somolas y el Collarada, resplandeciendo blancas.

Tendremos que caminar por la pista unos cinco kilómetros hasta cruzar el barranco de Zecutar por un puente. Al otro lado del puente el camino asciende ligeramente y veremos una borda. Habrá que desviarse por el prado a mano derecha donde se emplaza esta construcción hasta encontrar un sendero que nace detrás justo de otra borda con el tejado de chapa de color rojo. Ese sendero es un corto atajo que enlaza un poco más arriba con la pista que sube a Plan de Igües. También podemos obviar el sendero y continuar caminado unos 100 metros por la pista hasta encontrar un hito, junto a otro prado, que marca el punto donde nace la pista de Igües.

Continuaremos caminando por la pista en dirección Este. Ganamos altitud suavemente y el barranco de Zecutar va quedando cada vez más encajonado a nuestra derecha. Al otro lado del barranco se alza la redondeada cima del Cerro los Canales y la más escarpada Punta Balposata, que forman las estribaciones más septentrionales de la Sierra de Icún.

Sobre la cota 1.800 m. alcanzamos el recóndito Plan de Igües, con la esbelta Peña Gabacha flanqueando la llanura por el Este y las elevadas y agrestes paredes del Zarrambucho y Peña de Puerto Rico cerrando la cubeta por el Norte. Al Noroeste llama nuestra atención la escarpada cara norte del Balcón de Pilatos, donde luego ascenderemos y que parece inexpugnable por esta vertiente.

Nos encontramos a un pequeño grupo de navarros que están haciendo la misma ruta. Es extraño encontrase a gente en estos parajes tan aislados, en un día gélido además y curiosamente con el propósito de hacer las mismas cimas que nosotros.

Justo a nuestra izquierda se yerguen unas suaves lomas, por donde comenzaremos a ganar altitud y que desembocan en la cima del Zecutar (2.062 m.). Afortunadamente vamos protegidos del viento durante la ascensión pero en el momento que alcanzamos la cima un fuerte y helador viento nos zarandea sin piedad. Algunas rachas son tan fuertes que tenemos que hacer equilibrios o agacharnos para evitar caer. La sensación térmica es muy baja y enseguida perdemos la sensibilidad en las manos y la cara, a pesar de llevar guantes y capuchas.

Sin perder tiempo emprendemos el descenso hacia el norte, en dirección al collado que nos separa del Balcón de Pilatos. La nieve en esta parte es más abundante, se acumula en las vaguadas arrastrada por el fuerte viento.

Rodearemos las verticales paredes del Balcón de Pilatos por el Oeste. Justo en el extremo más occidental encontraremos una canal que a modo de trinchera nos permite elevarnos fácilmente hasta un rellano superior. Desde el rellano bastará con girar a la derecha y ascender por una empinada ladera que nos irá aproximando a la cresta que permite coronar la cima por el Norte.

La ladera está cubierta por una fina capa de nieve polvo. Afortunadamente no está congelada y no se necesitan crampones. Subimos bien aunque en los tramos más empinados resbala un poco.

Llegamos a la cima del Balcón de Pilatos (2.358 m.) donde coincidimos de nuevo con los navarros. Disfrutamos de grandes vistas de toda esta aislada zona al sur de la Sierra de la Partacua. Se nos ocurren variados recorridos para visitar otras cimas del entorno, aunque la larga aproximación por la pista hace que sean excursiones bastante largas para hacer en una sola jornada.

Como sigue haciendo mucho viento no perdemos mucho tiempo y comenzamos a descender por donde antes subíamos. En lugar de bajar directo al rellano inferior decido adelantarme al grupo para coronar otra pequeña cima. Intento no perder mucha altitud, me dirijo por la ladera de mi derecha hacia la vistosa Peña del Huerto (2.214 m.), un espolón rocoso que se alza al Oeste del Balcón de Pilatos. Una breve y sencilla trepada me deposita en la cumbre. Hacia el Oeste cae un vertiginoso cortado de altura considerable.

Bajaré por el mismo sitio para reunirme con el resto del grupo junto a la canal al pie del Balcón de Pilatos por donde antes hemos subido. Rafa y Luis deciden subir también a la Peña del Huerto. Mientras ellos suben aprovechamos para comer el resto del grupo resguardados en la canal. Bea está incubando una gripe y lo está pasando mal, no se encuentra bien. La pobre apenas tiene ganas de hablar.

Tras reunirnos todos de nuevo descendemos la canal. Una vez abajo, en lugar de regresar al collado del Pico Zecutar derivamos rumbo oeste para bajar junto al barranco de Cantal y así hacer una ruta circular.

Iremos perdiendo altura por la margen orográfica derecha del barranco. No hay senda definida, hay que seguir trazos de pisadas del ganado por las praderas llevando siempre el barranco de Cantal a nuestra izquierda.

Sobre la cota 1.650 m. hay que desviarse hacia la derecha alejándose del barranco. Las veredas de ganado nos llevarán a un bonito paraje de prados sobreelevados denominado “El Rincón”. Al norte veremos la cascada que forma el río Aurín precipitándose por el desfiladero que nace en el Ibón de Bucuesa, flanqueado por los altivos paredones de los Somolas al Oeste, y por Peña Retona al Este.

Desde el prado buscaremos otro trazo de senda que nos irá bajando hacia el fondo del valle por donde discurre el río Aurín, entre un bosquecillo primero y por prados en la parte final.

Una vez en la parte baja encontraremos el nacimiento de la larga pista que nos devolverá de nuevo hasta Acumuer. Tras recorrer un par de kilómetros pasaremos de nuevo junto al desvío del barranco Zecutar por donde subíamos hace unas horas, cerrando de esta forma esta bonita circular que nos ha llevado a descubrir estos recónditos parajes, donde seguramente regresaremos.

Desnivel + acumulado: 1.517 m.
Horario total: 8 h. 20 min.
Distancia recorrida: 24,4 km.

Por la pista de Acumuer contemplamos los Somolas con una buena capa de nieve en altura

Cerca del Plan de Igües ya asoma la vertical y difícil cima de Peña Gabacha

Luis contempla el Balcón de Pilatos. Por la ladera herbosa ascenderemos primero al Zecutar

Rachas muy fuertes de viento nos zarandean en la cima del Zecutar. Punta Espata y Somolas a lo lejos

Canal o "trinchera" bajo la pared Oeste del Balcón de Pilatos que nos permite subir al rellano superior

Desde la cima del Balcón de Pilatos vemos el Zecutar que ya queda bastante abajo

Rafa y Luis llegando a la cumbre del Balcón de Pilatos con Telera al fondo

Bea, incubando una fuerte gripe, se esfuerza en alcanzar la cima

Cima del Balcón de Pilatos

Peña del Huerto. Se aprecia a un par de montañeros llegando a la cumbre

Desde la cumbre del Huerto se ve toda la pendiente que antes hemos subido hasta el Balcón

El grupo de montañeros navarros bajando del Huerto

Detrás del pedrusco se ve la mole del Huerto (centro foto) y más lejos el Balcón (derecha foto)

Bajando de nuevo al Valle del río Aurín. Picos Somolas al fondo

Track del recorrido en Google

+Fotos
Track
Crónica de Daniel Mur (pincha aquí para leerla)

martes, 30 de octubre de 2012

ORDESA Faja Racón, Faja Canarellos y Senda de los Cazadores

Rafa transita por la Faja Canarellos. Ha dejado de llover y sale tímidamente el sol

27 de octubre de 2012,

El sábado quedé con Daniel Mur y Rafa. Como la predicción del tiempo no era buena, daban fuertes vientos y posibilidad de nevadas en cotas bajas, decidimos realizar un recorrido a resguardo, evitando transitar por cotas elevadas y por zonas expuestas. Elegimos como destino el Valle de Ordesa y de paso disfrutar del aspecto otoñal que nos ofrece este precioso enclave en estas fechas.

Realizaremos una ruta circular que nos permite contemplar el Valle de Ordesa desde una altura media, resguardados por el bosque en muchos tramos. Esta misma excursión ya la realicé en octubre del año pasado con lo cual no me extenderé mucho para evitar repetirme. Podéis pinchar en este enlace para ver una descripción más detallada de la ruta.

Esta vez hemos realizado el recorrido en sentido inverso. Desde el aparcamiento de la pradera hay que retroceder algo más de medio kilómetro por la carretera hasta el desvío que sube hacia Carriata. Tras fuerte subida por el bosque encontraremos el cartel indicador de de la Faja Racón que nos llevará hasta Cotatuero y desde allí, tras cruzar un puente, enlazaremos con la Faja Canarellos.

Esta última faja irá perdiendo altura en el tramo final hasta desembocar con el camino normal, siempre muy concurrido, que se dirige hacia la Cola del Caballo a orillas del río Arazas. Decenas de personas, muchas de ellas cargadas con pesadas cámaras y trípodes, están fotografiando el precioso paisaje otoñal que muestra Ordesa en esta época del año.

Tras llegar a la Cola del Caballo, que baja con abundante caudal tras las recientes lluvias, regresaremos por el lado opuesto siguiendo la Senda de los Cazadores. Este sendero recorre a media altura todo el valle hasta alcanzar el mirador de Calcilarruego. Desde allí, una vertiginosa bajada mediante numerosas lazadas, inmersos en el bosque, nos devolverá a las inmediaciones de la Pradera.

El día fue frío y ventoso, pequeños copos de nieve arrastrados desde las alturas y un ligero ambiente brumoso impedían realizar fotos nítidas a larga distancia. Las cumbres de Monte Perdido y Punta Escuzana mostraban una magnífica estampa invernal cubiertas con una inmaculada y blanca capa de nieve recién caída. Sin duda esta ruta, aún repetida, no defrauda.

Desnivel + acumulado: 1.160m.
Horario total: 7,5 h.
Distancia recorrida: 25,1 km.

Subiendo por el Circo de Carriata, cerca ya del desvío de la Faja Racón

Por la Faja Racón

Rafa se deleita con el paisaje otoñal del Valle de Ordesa

Deja de llover y sale el arcoíris

Por el bosque de hayas, cerca del cruce con la senda normal que sube a la Cola del Caballo

Río Arazas

Rafa contemplando de cerca la cascada de la Cola de Caballo

Iniciando la Senda de los Cazadores. El viento arrecia y hace bastante frío

Punta Escuzana asoma con un manto de nieve reciente

jueves, 18 de octubre de 2012

Garganta de Escuaín y Circo Medio de Gurrundué, ruta circular

Circular desde Escuaín

Circo de Gurrundué desde el mirador de Gurrundué Medio

13 de octubre de 2012,

Hoy nos juntamos un grupo de 9 personas para hacer la circular de la Garganta de Escuaín. También nos desviaremos a mitad de trayecto para acercarnos al mirador del Circo Medio de Gurrundué.

En internet encontré la información algo confusa y poco detallada, así que decidí comenzar la excursión desde Escuaín para descender primero al río Yaga pues no tenía claro si encontraríamos alguna dificultad para cruzar el río.

En general todo el recorrido transcurre por buenas sendas. Solamente podríamos encontrar alguna pequeña dificultad al atravesar el río Yaga ya que se cruza por encima de unas grandes piedras, aunque lo más que puede ocurrir es que nos mojemos si resbalamos. También hay algún corto tramo por el bosque con pendiente pronunciada que podría implicar que nos demos un culazo si el suelo está húmedo o embarrado. Por eso no recomendaría esta excursión después de llover.

También debo mencionar que un corto tramo de senda de unos 300 metros en las proximidades de Revilla estaba casi impracticable por estar lleno de arbustos y zarzas. Parece que ese sendero no se ha limpiado desde hace mucho tiempo. Por ese motivo he marcado en el track dos puntos con los textos “Nota 1” y “Nota 2” advirtiendo de ello. La solución es tan sencilla como obviar este trecho y continuar por la senda rectos en dirección noreste hasta alcanzar la carretera y luego subir por ella hasta Revilla. En el waypoint denominado “Nota 1” hay un hito que nos desvía a la izquierda y nos llevaría a la “trampa” de las zarzas. Obviar por tanto ese hito y seguir por la otra senda rectos hacia la carretera, como si nos alejásemos de Revilla.

Tras estas advertencias intentaré describir el recorrido de la forma más somera posible. Salimos de Escuaín (1.200 m.), donde apenas viven 3 o 4 personas pero curiosamente encontraremos una Oficina de Información que recomiendo visitar en el caso de que tengamos dudas o necesitemos datos de otras rutas por el entorno.

Retrocederemos por la carretera algo más de medio kilómetro hasta encontrar un cartel que nos indica la bajada al Río Yaga y Revilla. La senda baja rápidamente por el bosque hasta el cauce del río y en la parte final nos deleitará con la vista de una pequeña cascada. Perderemos casi 300 metros de desnivel.

Cruzamos el río por unos grandes bloques de piedra, sin apenas dificultades. Solamente un bloque exigía estirar bien las piernas e impulsarse para evitar resbalar y mojarse los pies.

Una vez en la otra vertiente la senda comenzará a ascender por el otro extremo de la Garganta. Pasaremos junto a las ruinas de un antiguo molino. También cruzaremos un corto tramo de senda con importante caída hacia la derecha. Es muy fácil pero hay que tener precaución, sobre todo si vamos con niños.

La senda continúa ganando altura y dando un pequeño rodeo en dirección al pueblo de Revilla. Cuando estemos en el punto más alejado de Revilla y tengamos que girar casi 180º nos esperará el tramo con zarzas que antes indicaba y que es mejor obviar. Por tanto seguiremos un corto trecho rectos hasta desembocar en la carretera.

Subiremos ahora por la carretera alrededor de un kilómetro hasta una curva pronunciada justo antes de llegar a Revilla. En esa curva hay un cartel indicador y arranca una senda que nos llevará a visitar los restos de la Ermita de San Lorenzo y los miradores de Angonés.

La senda llanea hasta las proximidades de la ermita, de la cual solo queda en pie un murete. Lo más interesante son los grabados que encontraremos tallados en la roca. Hay un cartel explicativo del significado de dichas marcas.

Paramos a picotear algo y descansar junto a la ermita antes de retomar el sendero hacia los miradores. Habrá que perder ahora algo de altura hasta llegar a un espolón rocoso que se descuelga sobre los abismos y donde encontraremos dos buenos miradores de la Garganta de Escuaín. Podremos contemplar el tortuoso recorrido del río Yaga desde las alturas y las verticales paredes que lo encajonan.

Tras contemplar las vistas retrocedemos un corto trecho de senda hasta el desvío que nos permitirá continuar con nuestra ruta circular. De nuevo subimos hasta enlazar con la otra senda que viene desde Revilla por una cota más alta.

El camino, bien marcado, llanea de nuevo y cruza por una pasarela metálica el barranco de Angonés. Encontraremos después un desvío hacia la derecha señalizado como “Foratarruego”. Subiremos por ahí hasta alcanzar una cota de 1.630 metros aproximadamente y donde de nuevo encontraremos otro desvío. Siguiendo rectos iríamos hacia Foratarruego. Como eso supone alargar mucho la excursión nosotros nos desviamos a la izquierda siguiendo las indicaciones “Gurrundué Medio y Bocera”.

Antes hacemos una nueva parada y contemplamos con prismáticos a una pareja de quebrantahuesos que parecen estar cortejándose por los arrumacos y contactos que hacen en pleno vuelo.

La senda de nuevo baja por el bosque. Algunos claros donde la vegetación se abre nos permiten vislumbrar magníficas vistas del Castillo Mayor, Peña Montañesa y las estribaciones del Cotiella. Me llama la atención la impresionante cantidad de setas que encontramos durante todo el recorrido. Las hay de todos tipos, colores y tamaños.

Alcanzamos de nuevo otro desvío. Hacia la derecha nos indica “Gurrundué Medio” que es hacia donde nos encaminaremos momentáneamente. En apenas 20 minutos, tras salvar un repecho por el bosque, llegaremos a un elevado farallón rocoso que nos ofrece una vista excepcional del Circo de Gurrundué. Hacemos fotos y estamos un rato gozando de las vistas antes de regresar de nuevo a la intersección de sendas.

Continuaremos perdiendo altitud inmersos en el bosque. Seguimos los indicadores que marcan “Escuaín” y “Puente de los Mallos”. Antes de alcanzar el puente encontraremos un tramo donde la pendiente se acentúa y donde vienen bien las ramas de los árboles para evitar resbalar y darse un culazo.

Tras superar el Puente de los Mallos, que salva la garganta por un tramo estrecho a modo de profunda grieta, el sendero continuará ascendiendo ligeramente por el arbolado hasta desembocar en una zona de pastos donde algunas vacas y caballos pacen y un corral para el ganado nos indica que estamos en zona de aprovechamiento ganadero.

Ahora tendremos que recorrer unos 3 kilómetros por la pista que nos devuelve a Escuaín. En las proximidades del pueblo abandonaremos la pista para alcanzar el casco urbano por el antiguo sendero de herradura.

Tras esta agradable jornada montañera nos detendremos todavía en Aínsa a tomar una cerveza antes de despedirnos.

Desnivel + acumulado: 1.031 m.
Horario total: 8 h. 39 min.
Distancia recorrida: 23,4 km.

Mirador superior de Angonés

El Circo de Gurrundué

Rafa observa desde lo alto del mirador de Gurrundué Medio

Bajando al Puente los Mallos. Castillo Mayor al fondo

Regresando a Escuaín

Sendero en las proximidades de Escuaín

Track del recorrido en Google

martes, 16 de octubre de 2012

Mondeniero (2.295 m.) y Tozal de Comas (2.342 m.)

Circular desde Linás de Broto

Desde la sencilla cumbre del Mondeniero tenemos una magnífica perspectiva del Valle de Ordesa

12 de octubre de 2012,

Este sábado teníamos prevista una ruta con mayores pretensiones pero la mala predicción meteorológica nos obliga a inventar un plan B más modesto que finalmente resultó un acierto.

Elegimos un par de cumbres cercanas al Puerto de Cotefablo y sencillas de ascender. Se trata del Mondeniero y el Tozal de Comas, ubicadas al norte de la población de Linás de Broto. Estas redondeadas montañas conforman la divisoria natural entre los ríos Sorrosal por el Oeste y el más caudaloso río Ara por el Este.

Constituyen por tanto un buen mirador de la vertiente sur de la escarpada Sierra de Tendeñera, sobre todo del cercano Pico de Otal. Además, por el este disfrutaremos de inmejorables vistas del Valle de Ordesa desde las alturas que nos ofrecerá una buena panorámica en sentido longitudinal.

No madrugamos. Sobre las 10 de la mañana aparcamos en la explanada que encontraremos a mano izquierda unos 300 metros después de atravesar la población de Linás de Broto (cota 1.220 m.). El desvío está justo en la curva de 180º donde se cruza el río Sorrosal. Allí mismo nace una pista que remonta el valle hacia el norte.

Comenzamos a caminar por la carretera unos 400 metros en dirección a Broto hasta encontrar una pista a mano izquierda por donde nos desviaremos. Enseguida, a escasos metros, encontraremos a la derecha una senda con un cartel de madera que indica “Litro”, que es un monte muy cercano y hacia donde nos dirigimos.

La senda se interna y asciende haciendo lazadas por el bosque. Sobre la cota 1.800 irán desapareciendo los árboles y saldremos a zona abierta de pastos. Veremos a la derecha, un poco alejado, el monte “Litro”. Obviaremos su ascensión porque supone desviarse y realmente es una especie de antecima del Mondeniero, con una cota inferior y por tanto tampoco ofrecerá mejores vistas.

Continuamos ascendiendo por el lomo herboso en dirección a la visible cima del Mondeniero (2.295 m.). Nos ha costado menos de dos horas y media a un ritmo normal. Paramos un rato y disfrutamos de las buenas vistas en todas las direcciones. Solo ascender hasta aquí para contemplar el paisaje ya merece la pena. Hacia el Noreste asoman las cimas de Punta Escuzana, Gabietos y el Taillón ligeramente espolvoreadas de nieve. Por el Este se abre ante nosotros todo el Valle de Ordesa delimitado por las altas paredes en sus laterales. Desde esta perspectiva se intuye mejor la característica forma transversal en “U” del valle, fruto de la época glacial.

Llega a la cima un grupo de montañeros navarros que han subido desde el Valle de Bujaruelo. Charlamos un poco con ellos y continuamos nuestra ruta hacia el norte en dirección al Tozal de Comas (2.342 m.). Para ello debemos descender a un collado intermedio y luego volver a ascender algo más de doscientos metros de desnivel hasta la cima.

Paramos durante media hora para comer. Hace un tiempo espléndido. No ha llovido y estamos gozando de un claro día fresco y soleado. En la lejanía se aprecian nubes retenidas en los valles. Ha sido un acierto venir aquí.

Tras el descanso iniciamos el descenso en dirección norte hacia el Cuello de Zebollar, a los pies de las escarpadas paredes del Pico Otal. Desde el collado giraremos con rumbo Suroeste y descenderemos por las laderas de hierba en dirección a la cabecera del valle del Río Sorrosal. No hay sendero con lo cual bajamos campo a través. Las laderas no tienen grandes pendientes y se camina sin dificultad.

En la parte baja cruzamos el barranco y encontramos trazos de senda de ganado que nos conducirán hasta un Refugio-Paridera. Allí mismo enlazamos con la pista que baja hacia Linás de Broto. Seguimos unos doscientos metros por la pista pero debemos ir atentos a un hito a mano derecha que marca el inicio del sendero que desciende por la margen orográfica derecha del Río Sorrosal. El denominado “Puente de la Mercera” nos permite cruzar a la otra vertiente.

Ya solo nos restará recorrer este bonito y agradable sendero, que discurre paralelo al río, entre la sombra de la vegetación, hasta alcanzar de nuevo el punto de partida.

Son algo más de las cuatro cuando llegamos a los coches. Como hace buena tarde estaremos un buen rato charrando al sol y tomando unas cervezas frías con patatas fritas que ha traído Daniel, poniendo el colofón a esta agradable jornada.

Desnivel + acumulado: 1.323 m.
Horario total: 6 h. 15 min.
Distancia recorrida: 14,8 km.

Por el sendero que sube hacia el "Litro"

Abajo se aprecia el pueblo de Linás, de donde venimos. Al fondo el Pelopín y Erata

Por el oeste queda el cordal que sube al Toronzué, de aspecto similar al que nosotros recorremos

Rafa contempla el Valle de Ordesa desde la cima del Mondeniero

De camino al Tozal de Comas, con la Sierra de Tendeñera como telón de fondo

Unas fotos con el Pico Otal justo detrás

Foto de grupo en la cumbre del Tozal de Comas

Bonitas vistas hacia las cumbres de Mondarruego-Escuzana-Gabietos sobresaliendo sobre el Valle de Ordesa

Aspecto otoñal en la cabecera del Sorrosal

Por la pista en busca de la senda que nos devolverá a Linás

Bonita senda por la margen orográfica derecha del río Sorrosal

Track del recorrido en Google

Otras excursiones por la misma zona:

viernes, 5 de octubre de 2012

Peña Isasa (1.474 m.)

Ascensión desde Turruncún (La Rioja)

Saliendo de la aldea abandonada de Turruncún

30 de septiembre de 2012,

Aprovechando que este domingo estamos en La Rioja nos acercamos a realizar la ascensión a Peña Isasa desde la aldea abandonada de Turruncún (890 m.).

Para llegar al punto de inicio iremos por la carretera que une Grávalos con Arnedo. Tres kilómetros después de pasar el desvío de Muro de Aguas veremos a mano izquierda una pista de tierra con la indicación “Turruncún”. Habrá que continuar un kilómetro por dicha pista para alcanzar el pueblo abandonado. Encontraremos una explanada acondicionada con algunas mesas y bancos para comer al aire libre.

El recorrido que realizaremos es bastante sencillo. Comenzaremos a caminar por la amplia pista que hacia el oeste se dirige directa hacia la Peña Isasa. La mayor parte del recorrido transcurre entre pinares de repoblación con algunas escasas encinas. Está algo nublado y no podemos ver de momento la cumbre.

Recorreremos un par de kilómetros por la pista hasta encontrar un desvío a mano izquierda que nos permitirá subir por senda entre el pinar. De esta forma nos ahorraremos un tramo de pista y disfrutaremos caminando por el sendero, que siempre es más agradable.

Cruzaremos de nuevo el camino algo más arriba y continuaremos por otro trecho de sendero hasta desembocar en la parte alta de la pista que se dirige a la cumbre, donde los árboles comienzan a escasear. Las nubes se van levantando y ya podemos ver la cima a nuestra derecha, caracterizada por un erosionado zócalo rocoso compuesto de varias agujas y peñas.

Hacia el norte se aprecia la cercana población de Arnedo, en el valle que forma el Cidacos. Otros pueblos se divisan más lejos junto a sus fértiles riberas, y grandes extensiones de la Rioja Baja se pierden en lontananza. Por el Este se divisa el Monte Yerga (1.101 m.), plagado de aerogeneradores.

El tramo final de la pista está algo roto. Una barrera impide el paso de vehículos en la parte más empinada, ya cerca de la cumbre.

La pista rodeará las peñas pasándonos a la vertiente oeste ya cerca de la cima. Vemos un sendero que baja por la ladera occidental y suponemos que será la subida normal desde Préjano. Bastará con encaramarse a las rocas para alcanzar el vértice geodésico que marca el punto más alto. Encontraremos también una antena que afea el entorno, una pequeña hornacina con una imagen de la Virgen de Vico y un curioso buzón metálico.

Llama la atención una peña cercana, más baja y asilada del resto, presidida por una cruz. Para llegar a ella parece que hay que realizar una difícil trepada o utilizar técnicas de escalada.

Como sigue habiendo nubes y hace fresco decidimos bajar unos metros para comer a resguardo. Retrocedemos por la pista hasta la curva de 180 grados. Allí cogemos un corto senderillo hacia el sur que nos lleva a un promontorio denominado “La Cabezuela” que sirve de mirador. Comemos a sotavento mientras contemplamos las amplias vistas hacia meridión.

Para bajar haremos una pequeña variación del recorrido mediante un ramal circular. Para ello descendemos un kilómetro aproximadamente por el mismo camino de subida y en una bifurcación nos desviaremos por otra pista que se dirige hacia el sur.

Recorreremos esa pista otro kilómetro aproximadamente antes de torcer por un cortafuegos que nos permitirá enlazar otra vez con el camino de subida. El tramo de cortafuegos no está limpio, ha crecido bastante vegetación, aunque la única molestia podría ser pincharse con algún espino o engancharse la ropa con alguna zarza. Imagino que si no bajamos por el cortafuegos y continuamos por la pista tendríamos que dar un rodeo. Tampoco puedo afirmar con rotundidad que las pistas se unan más adelante, aunque en “google” me da la impresión de que sí están conectadas.

El cortafuegos confluye con un tramo de senda que discurre junto a una delgada tubería negra de polietileno que desemboca en un abrevadero para el ganado, justo en la confluencia con la pista principal que nos devolverá de nuevo a Turruncún.

Desnivel + acumulado: 584 m.
Horario total: 3 h. 20 min.
Distancia recorrida: 11,5 km.