Rutas por el Pirineo: Pico Tempestades (3.290 m.), intento por Vallibierna

Daniel observa la ruta por donde subimos hace un par de años a la Tuca de Culebras

2 de mayo de 2015,

Hoy no pudo ser, aunque faltó poco. A causa de las malas condiciones meteorológicas abandonamos la ascensión sobre la cota 3.150 m., a poco más de 100 metros de la cima, casi en la base de la canal.

Sobre las 9 de la mañana subimos desde Plan de Senarta (Benasque) por la pista de Vallibierna. Tras recorrer unos cinco kilómetros el paso está cortado por un amasijo de ramas y árboles arrastrados por un alud, a la altura de la Fuente La Esmoladera (cota 1.835). Dejamos el coche y porteamos más de dos kilómetros hasta el Refugio de Pescadores (cota 1.950).

Continuamos caminando en dirección este hacia el Ibón de Llosás. Dejamos a nuestra izquierda el desvío que sube hacia los Ibones de Coronas y proseguimos por el pedregoso sendero que coincide con el trazado del GR11, hasta la cota 2.200 aproximadamente.

Allí nos desviamos hacia la izquierda, atravesamos la encharcada Pleta de Llosás y por fin nos calzamos esquís a una cota de 2.280 m. El porteo ha sido largo.

Comenzamos a foquear por la vaguada del barranco de Llosás y pronto alcanzamos la profunda y escarpada cubeta donde se aloja el Ibón de Llosás (cota 2.460). Flanqueamos el lago por su orilla sur y salimos más arriba al pequeño Ibonet de Llosás.

Aquí la niebla nos engulle y además comienza a chispear. Nos encontramos a un grupo de montañeros que se han dado la vuelta en la base de los Picos Russell. Las probabilidades de hacer cima se van reduciendo.

Giramos hacia el norte y comenzamos a trazar zetas para superar una empinada pala. La tónica será ascender sin pausa en dirección a la cresta que forman los Picos Tempestades y Margalida, de la que nos separan todavía más de 600 metros de desnivel. A nuestra izquierda queda la Arista de Tempestades. Justo en el nudo donde se juntan las crestas se alza el imponente Pico Tempestades. Sabemos que está allí aunque no lograremos verlo con las dichosas nubes bajas.

Sumidos en una espesa niebla seguimos ascendiendo, sin mucha convicción. Es tan mala la visibilidad que en algún momento llego a sentir ligeros mareos al avanzar en este limbo blanco sin ninguna referencia. En todo momento vamos pendientes del GPS para confirmar que nuestro rumbo es correcto. Hoy un mapa no serviría para nada.

Alcanzamos la cota 3.150 y frente a nosotros, como una sombra siniestra, se adivinan ya las paredes de la arista Tempestades-Margalida.

La pendiente aumenta y la base de la canal ya está muy cerca. A la falta de visibilidad se une ahora un viento racheado, y nos topamos con algunos grandes bolos de nieve que tienen pinta de haberse desprendido recientemente. Quizás haya cornisas, pero no podemos verlas.

La decisión está clara, nos marchamos. Intentar ascender por la canal en estas condiciones es arriesgado.

Quitamos pieles y comenzamos a descender esquiando despacio, sin perdernos de vista ninguno de los tres. Mientras bajamos tenemos la fortuna de que se levantan un poco las nubes. La nieve profunda, húmeda y pesada en cotas altas mejora conforme perdemos altitud. Al final hasta disfrutamos de la esquiada, sobre todo por la vaguada del barranco.

Apuramos cualquier mancha blanca para plantarnos en medio de la Pleta de Llosás. Allí no nos queda otra que volver a cargarnos esquís en la mochila y emprender, para desgracia de nuestras espaldas, el largo regreso hasta el coche.

Desnivel + acumulado: 1.353 m.
Horario total: 6 h. 45 min.
Distancia recorrida: 17,5 km.

(*) Apenas hay fotos ya que estuvimos la mayor parte del día sumidos en la niebla