Rutas por el Pirineo: Pico de Alba (3.118 m.), intento por los Tubos de Paderna

Sandra y Daniel con el Pico Paderna al fondo. Van entrando cada vez más nubes, y el viento sopla fuerte en altura

3 de mayo de 2015,

Hoy, como ayer, tampoco pisaremos cima. El fuerte viento y las nubes amenazantes nos aconsejaron dar la vuelta rozando la cota 3.000, en la canal por donde se cambia a la vertiente oeste del Pico Alba para encarar la pala cimera.

Somos un grupo numeroso. A Daniel y Bea se unen Nacho, Angel, Javi y Sandra.

Como la predicción meteorológica no es buena elegimos una ruta con fácil escapatoria, que no tenga mucho porteo, teniendo en cuenta además que la pista de la Besurta está cerrada (hablo del pasado domingo). En la zona de Benasque la subida por los Tubos de Paderna cumple con estos requerimientos. Iremos hacia el Pico de Alba y si comienza a llover nos daremos la vuelta.

Dejamos los coches en el Parking de los Llanos del Hospital (cota 1.730 m.) y porteamos por la pista de la Besurta un kilómetro escaso, un poco más allá del Hotel del Hospital de Benasque.

Allí nos desviamos a la derecha y enseguida encontramos nieve suficiente para calzarnos los esquís. Subimos por el bosque directos hacia el Tubo Superior de Paderna, ubicado sobre la cota 2.100.

Como la nieve no está dura ascendemos el empinado tubo con esquís y una vez arriba iniciamos la larga aproximación hacia el Alba, en dirección sur, valle arriba. Remontamos una sucesión de sencillas lomas y vaguadas, flanqueados por el cordal que forman la Tuca y Tuqueta Blanca de Paderna por nuestra derecha y el Pico Paderna por nuestra izquierda.

Sobre la cota 2.800 acometemos la última pala que nos aproximará hacia la canal por donde se cambia de vertiente antes de encarar la subida final al Pico Alba, pues la ascensión normal se realiza por su cara oeste.

Llegamos a la base de la canal, donde comienza a estrecharse, cerca de la cota 3.000. Se acercan nubes muy oscuras y sopla un fuerte viento racheado, de componente oeste. Quizás podríamos haber apurado un poco más pero decidimos dejarlo, en el otro lado tiene que soplar de lo lindo, y tampoco nos apetece bajar lloviendo.

Quitamos pieles e iniciamos el descenso. La esquiada resultó divertida, con nieve pesada en altura y disfrutona en cotas medias, sobre todo en los Tubos de Paderna.

Al poco de llegar a los coches, mientras nos tomábamos la cerveza, comenzó a llover. No ha sido mala idea renunciar a la cima.