martes, 1 de agosto de 2017

Pirineo, en la soledad de la noche

San Juan de Busa

Sábado, 29 de julio de 2017,
  La noche es cálida, me desvelo y sigo el impulso de mi faceta de nómada solitario. Cojo la cámara de fotos y sin rumbo definido bajo por el Valle de Tena para hacer fotografías nocturnas.
  Me detengo en el Dolmen de Santa Elena, me acomodo con la mirada en alto y disfruto un rato de la Vía Láctea, mientras van entrando nubes. 
  Sigo después por la carretera de Lárrede hasta San Juan de Busa, preciosa muestra del románico del Gállego.
  La noche es profunda y entre los árboles oigo pulular a las criaturas de la oscuridad. Disfruto de la soledad y en la nocturnidad intento comprender porque desde los albores se sacralizaron los lugares que estoy visitando. Algo se intuye en estos parajes, y nuestros ancestros lo percibieron.
  Son las cuatro de la mañana, la temperatura es estupenda y decido seguir ruta hacia San Juan de la Peña. Otra breve parada en Santa Cruz de la Serós, silenciosa, para inmortalizar la iglesia de Santa María, antigua abadía.
  Continuo hacia San Juan de la Peña y en la más negra de las oscuridades hago unas fotos del Monasterio Viejo. La brisa nocturna arranca lamentos quejumbrosos de los árboles del bosque, que reverberan en la bóveda de la roca. Después, silencio absoluto.
  Subo al Monasterio Nuevo, dejo el coche y comienzo a caminar hacia la atalaya de la Ermita de San Salvador. Casi a tientas, escucho a los murciélagos que revolotean cerca de mí. 
  Y el amanecer me sorprende junto a los cortados que se asoman a meridión. Por detrás el amanecer lluvioso sobre la Peña de Oroel me regala un bonito espectáculo. Me detengo un rato, dejando que la luz regrese un día más, y contemplo al norte sierras de ceniza que se solapan dibujando bonitas acuarelas.


Dolmen de Santa Elena





San Juan de Busa










San Juan de Busa. Arcos lombardos y moldura tórica con friso de baquetones


Iglesia de Santa María (Santa Cruz de la Serós)


Monasterio Viejo de San Juan de la Peña






Amanece en Peña Oroel mientras subo a San Salvador






Cima también sacralizada con una gran cruz




Monasterio Nuevo con Peña Oroel al fondo





El Midi, al norte, ya reclama su atención con las primeras luces


Preciosos solapamientos de Sierras




Las luces y la fina lluvia crean auténticas acuarelas





7 comentarios:

  1. Muy bonito reportaje, David. Además a esas horas... sin aglomeraciones, jeje.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Hola Miguel Angel,
    Gracias. Estas experiencias solitarias, un poco a contracorriente, me gustan de vez en cuando. Se ven las cosas de forma diferente.
    Saludos!

    ResponderEliminar
  3. De verdad, tío... eres mi héroe.... solo te faltaba esto la fotografía nocturna y los textos con sentimiento....

    ResponderEliminar
  4. Soberbias fotos. Al final una noche de gaupasa haciendo fotos?

    ResponderEliminar
  5. Hola JM,
    Jajaja, me halagas. Para mí tu eres el Maestro, la enciclopedia humana.

    Hola Abuelo,
    Muchas gracias. Si, me desperté sobre las 2 y ya me quedé toda la noche y gran parte del día vagabundeando por ahí. Y me gustó la experiencia.

    Gracias por vuestra visita chicos!

    ResponderEliminar
  6. Hola David!
    Muy bonitas fotos... Hay alguna realmente preciosa.. Ya me has metido otra idea en mente, jeje.
    Lo que sí veo es que te las apañas para disfrutar en cualquier momento! (aunque con estas temperaturas, la noche acabará siendo la opción más asequible) Saludos!!

    ResponderEliminar
  7. Hola Oscar!
    Muchas gracias. Ya ves, robando horas al sueño se pueden hacer actividades interesantes. Lo malo es cuando toca trabajar al día siguiente, pero merece la pena.
    Saludos majo!

    ResponderEliminar

Gracias por vuestros comentarios y sugerencias.