Rutas por el Pirineo: Maladeta Oriental (3.308 m.), travesía en bucle

Desde Llanos del Hospital
Ascenso por Glaciar de las Maladetas y Canal de la Rimaya
Descenso por Canal SE, Glaciar del Aneto y Portillón Inferior

Yaiza llegando a la Canal del Collado de la Rimaya, Varios montañeros están subiendo

Lunes, 2 de mayo de 2016,

Punto de inicio (localizar en el "Bucardo-Buscador" usando la lupa): Llanos del Hospital de Benasque (cota 1.950 m.)

De nuevo ascendemos a la Maladeta Oriental, bonita cima que durante mucho tiempo se consideró la montaña más alta del Macizo. Pero hoy la visita ha sido especial, hemos entrado por la congestionada puerta principal (Canal Rimaya) y salido por el solitario patio trasero (Glaciar Aneto), casi a hurtadillas.

La Canal del Collado de la Rimaya es la ruta de ascenso habitual en invierno, con algún tramo de 40/45º. El descenso al Glaciar de Aneto es la parte más delicada de la ruta y la dificultad dependerá de la cantidad y estado de nieve que encontremos. Un cordino para asegurar puede venir bien, y si no vemos claro el descenso es mejor darse la vuelta y volver por la Canal de la Rimaya.

Salimos desde los Llanos del Hospital (cota 1.950 m.) en compañía de Daniel Mur y Yaiza, que derrocha tanta juventud como pasión por la montaña.

Porteamos cinco minutos y nos calzamos los esquís ya que se puede foquear por el lateral de la pista de la Besurta. Al llegar al Plan d'Están nos desviamos a la derecha por el Camino Viejo que sube a la Renclusa y en hora y media llegamos al Refugio (cota 2.140 m.)

Por delante nos queda el largo ascenso del Glaciar de la Maladeta. Más de mil metros de desnivel a base de zetas hasta plantarnos bajo la Canal del Collado de la Rimaya (cota 3.200 m.) Yaiza está ansiosa y da un acelerón, viene con ganas. Daniel y yo somos diesel y no variamos el ritmo. A resguardo del viento nos calzamos los crampones, nos abrigamos bien y cargamos esquís en la mochila.

Ascendemos por la concurrida canal, asegurando bien los pasos ya que la nieve está dura. Una vez arriba giramos a la izquierda y superamos los pocos metros que nos separan de la cima de la Maladeta Oriental (3.308 m.)

Tras las fotos y un descanso viene la parte más desconocida y delicada de la ruta. Progresamos por la cresta hacia el suroeste en dirección al Pico Abadías. Tras recorrer unos 80 metros vemos por nuestra izquierda el arranque de la vertical canal sureste. El comienzo es estrecho y empinado, da un poco de yu-yu asomarse, sobre todo porque la nieve descansa sobre una gran roca lisa (valorar bien esta bajada según las condiciones de la nieve).

Realmente la canal tiene dos salidas. La que está más al norte tiene un primer tramo de roca algo vertical y suele ser usada en ascenso (en descenso quizás sea conveniente hacer un rapel ya que el destrepe puede ser delicado). Por eso nosotros utilizamos la salida que está un poco más al sur, que conserva más nieve y se puede cramponear.

Daniel tantea el terreno, lo ve factible y se encarga de abrirnos la huella. Con calma, clavando el piolet bien profundo y creando buenos escalones a base de punterazos. Cuando la pendiente cede avisa a Yaiza para que baje, y yo cierro el grupo.

Superado el momento de tensión perdemos altura por pendientes más amables y nos calzamos esquís en un rellano. Al sur, a escasos 100 metros, tenemos el Collado Maldito, casi a nuestra misma altura. Hace viento y mucho frío. Descartamos seguir al Aneto, algo que nos habíamos planteado.

Ya relajados esquiamos a placer por el Glaciar del Aneto paralelos a la Cresta de los Portillones, que queda a nuestra izquierda.

Obviamos el Portillón Superior y seguimos para abajo en busca del Portillón Inferior (cota 2.745 m.) Sin descalzar esquís ascendemos mediante escalereta unos metros para rebasar este paso natural. Nos giramos para lanzar una última mirada fugaz al Aneto. Vemos que apenas hay huellas, poca gente ha pisado hoy su cumbre. La helada pala somital brilla con dureza metálica.

Cambiamos de escenario, esquiando por el Glaciar de las Maladetas para cruzarlo en diagonal. Dejamos el Refugio de la Renclusa abajo a nuestra derecha y nos lanzamos hacia el Ibón de la Renclusa (cota 2.270 m.) Una vez allí giramos a la derecha y rodeamos los últimos contrafuertes orientales del Pico Paderna para enlazar con la bajada por la margen izquierda del Barranco de la Renclusa.

Por el bosque perdemos altura mientras variamos rumbo hacia el Oeste. Abajo a la derecha vemos la Besurta. Seguimos unas huellas que recorren el bosque de Paderna a media altura, unas decenas de metros más arriba del Camino Viejo (por donde antes hemos subido).

El recorrido traza algunos sube-bajas que ralentizan el avance, pero finalmente desembocamos en el camino de la Besurta. Apuramos esquiando la nieve de los laterales y reducimos el porteo a la mínima expresión, finalizando con caras de felicidad una excelente jornada de montaña.