martes, 28 de julio de 2015

TENERIFE Teide (3.718 m.) con luna llena y regreso por Pico Viejo

Los descarnados paisajes volcánicos pueden darnos la impresión de estar caminando en otro planeta

1 de julio de 2015,
  Precioso y exigente recorrido del que guardaré buenos recuerdos en mi memoria.
  Estrenamos mes de julio y me doy un buen madrugón para estar a las 3 de la mañana en el aparcamiento de Montaña Blanca (cota 2.355 m.) (ver localización en el mapa).  Había previsto unas 4 horas para alcanzar la cima y ver amanecer, aunque luego me sobró tiempo.
  Dejo el coche y cojo la mochila. Me sorprende la claridad que desprende la luna llena, y la temperatura tan agradable a esta altitud.
  Faltan unos minutos para las 3 cuando comienzo a caminar. No necesito frontal y voy cómodo en manga corta.
  Sin prisa pero sin pausa avanzo por el ancho camino que bordea Montaña Blanca. Gano altura y en la cristalina noche se adivina el perfil septentrional de la isla dibujado en el extenso horizonte, balizado por las anaranjadas luces de las poblaciones costeras.
  Paso junto a los "Huevos del Teide", que no son más que mortecinas sombras a la luz de Selene.
  No ha transcurrido una hora cuando me planto frente al cartel que marca el inicio de la senda "Lomo Tieso" (cota 2.700), que se eleva atravesando las oscuras coladas de las laderas orientales del Teide. Abandono la comodidad de la pista y comienzo a ascender por la rocosa senda, y comprendo lo acertado de su nombre.
  Mis ojos se han acostumbrado a la noche y no me cuesta localizar los hitos. El eco de mis pasos suena con sonoridad inusitada, tanto que a veces me doy la vuelta creyendo que viene alguien.
  Veo que subo más rápido de lo previsto y aminoro el paso. Ya estoy muy alto y gano perspectiva. Puedo ver titilar las luces del sur de la isla, por encima de las crestas que cierran la enorme Caldera de las Cañadas. Las rachas de viento cada vez son más fuertes, pero no hace frío.
  Oigo voces, ya estoy frente al Refugio de Altavista (3.260 m.). Son las 4:40 y los primeros montañeros se están levantando.
  Me tomo un respiro junto al Edificio pero pronto sigo mi camino. Alcanzo luego el rellano de "La Rambleta" (cota 3.550), donde desemboca el Teleférico. Todavía falta hora y media para el amanecer y estoy a 30 minutos de la cima.
  El viento arrecia por momentos y la temperatura disminuye en la misma proporción. Para no quedarme helado en la cumbre decido esperar a resguardo junto al Edificio del Teleférico. De la manga corta paso a uniformarme de invierno en cuestión de segundos: chaqueta, cortavientos, pasamontañas y guantes...y no me sobra nada.
  Una hora pasaré sentado contemplando el horizonte, disfrutando del momento, mientras la isla aun duerme 3.500 metros por debajo de mis pies.
  Oigo pasos a mis espaldas y decido moverme. El camino que asciende por el cono volcánico hasta la cima se conoce como "sendero Telesforo Bravo", y se necesita un permiso si lo recorremos más tarde de las 9 de la mañana (se puede obtener con antelación en la web de reservas del Parque Nacional).
  A las 06:45 piso la cima del Teide (cota 3.718). Me acomodo en una roca, a sotavento, y me dispongo a contemplar el amanecer. Van llegando montañeros y el firmamento va cambiando de tonalidad. Las conversaciones se tornan en murmullos de admiración y comenzamos a hacer fotos.
  La magia del alba dura poco. Son casi las 07:30 y el sol ya molesta a los ojos. Decido continuar mi trayecto, que es largo.
  Regreso al Edificio del Teleférico y me desvío por un sendero que se aleja en dirección Oeste hacia Pico Viejo (sendero nº 12). Alcanzo a un senderista que lleva mi mismo camino, charlamos un poco y pronto nos separamos. Ya no veré a nadie más hasta llegar al Parador, hoy va a ser un día de caminar solitario.
  El sendero está cuidadosamente empedrado hasta llegar a un mirador, pero a partir de allí cambia radicalmente y se vuelve abrupto.
  Voy perdiendo desnivel mientras disfruto de grandes vistas de la vertiente oeste de la isla con las amortiguadas luces de la mañana. Observo la sombra del Teide proyectada sobre un mar de nubes hacia la Isla de la Gomera, por encima del cráter de Pico Viejo.    
  El sendero atraviesa un caos de rocas de oscuras lavas volcánicas. Los hitos me encaminan hacia el volcán Pico Viejo, que en todo momento veo abajo frente a mí. El tramo incómodo desemboca en una planicie de pumitas de tonos claros, por donde caminaré con mucha más soltura.
  Sobre la cota 3.060 me encuentro un cartel que indica “Los Regatones Negros-sendero nº 23”. Ese es el camino que utilizaré para descender hacia el Parador. Pero antes me desviaré momentáneamente por la derecha para subir hasta Pico Viejo. En pocos minutos llego al borde de la caldera y me asomo para observar el cráter.
  Regreso al cruce de caminos. El sendero baja hacia el sureste en dirección a los Roques de García.  El paisaje descarnado se va adornando con pequeños arbustos y pinceladas vegetales conforme desciendo. El trayecto se hace largo. Las continuas revueltas, el paso por diferentes tipos de rocas y lavas, los sube-bajas y la fuerte insolación, que aumenta por momentos, hacen que la distancia parezca dilatarse.
  Enlazo finalmente con el sendero de Los Roques de García. Mientras avanzo contemplo estas maravillas pétreas naturales, fruto de una combinación de magmas solidificados y de la erosión. Llego a la carretera, donde varios turistas hacen fotos, y continuo caminando hasta el Edificio del Parador (cota 2.160 m.)
  Me tomo un descanso a la sombra, como algo de fruta y me embadurno de crema, el sol pica mucho.
  Continuaré ahora por el sendero que une el Parador con el Parking del Teleférico. Unos carteles indican que existen colmenas y hay riesgo de picadura de abejas. Con el calor y esa advertencia no me extraña que casi nadie camine por aquí durante el verano.
  Esperando no sucumbir atacado por un enjambre de abejas me interno en el sendero, que serpentea entre retamas y nos conduce hacia la blanquecina y redondeada Montaña de Majúa, la cual iremos bordeando.
  Desemboco finalmente en la carretera. Ahora me queda la parte menos atractiva de la excursión, y a mi juicio la más "peligrosa". Hay que recorrer 2,2 km. por el asfalto de regreso al aparcamiento de Montaña Blanca. A estas horas hay bastante tráfico, la carretera es muy estrecha y los arcenes son inexistentes. Hay que ir con cuidado, sobre todo en las curvas sin visibilidad. Yo aconsejaría a quien repita esta ruta que aparque el coche de madrugada en el parking del Teleférico y haga el tramo de carretera hasta Montaña Blanca a la luz del frontal, sin tráfico.


Amanece desde el Teide


A esta altitud las mañanas siempre son frías


La Tierra gira deprisa, y el sol parece ascender con rapidez




Hora de regresar. Bajaré de nuevo hacia el Edificio del Teleférico que se ve más abajo


Vistas hacia el sur. El típico mar de nubes cubre las zonas bajas de la isla. En el centro de la Caldera de las Cañadas se aprecia la cresta de los Roques de García, por donde luego pasaré


Abajo, en el centro, Los Roques de García. A su izquierda se llega a distinguir el Edificio del Parador


La sombra del Teide proyectada sobre las nubes hacia la isla de La Gomera


Pico Viejo y la sombra del Teide por detrás


Por el noroeste el Macizo de Teno, y a lo lejos se aprecia el relieve de la isla de La Palma


Zoom a la zona del Chinyero. Se llegan a ver las viviendas de Santiago del Teide y la carretera que sube hacia el Barranco de Masca, en el Parque Rural de Teno


Pico Viejo y la senda en diagonal por donde subiré hasta el cráter


Interior del Cráter de Pico Viejo. Si el cielo fuera negro sería como estar en La Luna


El sendero "Los Regatones Negros" me llevará hasta los Roques de García. El Edificio del Parador se distingue al fondo izda.



Roques de García


Roques de García


Roques de García


Roques de García y el Teide al fondo


Roque Cinchado


Roque Cinchado y el Teide al fondo. Para los que hemos vivido los tiempos de "la peseta" lo recordaremos por la imagen de los billetes de 1.000


Ermita de Nª Sª de las Nieves, junto al Parador Nacional


Sendero de regreso bordeando la Montaña de Majúa, hacia el parking del Teleférico


Mapa con el recorrido en color naranja (fuente IGN)


1 comentario:

  1. Que fotos mas chulas¡¡

    El amanecer desde el Teide es una gozada, eso de ver las islas, la sombra proyectada y el mar en los pies...

    Una excursión bien maja¡¡

    ¡Salud!

    Fer

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