jueves, 26 de junio de 2014

Pico Acué o Pic de Gabedaille (2.258 m.) y Gabedallos o Punta Norte (2.245 m.), circular

Circular desde Espélunguère (Forges d'Abel)
Parking Espélunguère - Col de Couecq - Acué - Punta Norte - Paso Escalé - Espélunguère
Valle de Aguas Tuertas. Sobre la Sierra de Secús parece que se está formando una tormenta...

22 de junio de 2014,
  El Acué es un pico fronterizo, en la cabecera del cromático Valle de Aguas Tuertas, cerca del Ibón de Estanés. 
  En los mapas franceses aparece denominado como Pic de Gabedaille o Pic de Espélunguère. La cercana Punta Norte, un poco más baja, está separada de la cima principal por una cresta fácil donde es necesario ayudarse de las manos en algún momento y realizar alguna pequeña trepada (precaución). Esta cima secundaria aparece en algunos mapas cartografiada como Punta Gabedallos
  Este domingo hicimos una circular coronando ambas cimas. El recorrido es fácil en ausencia de nieve (cuidado con los neveros al final de la temporada invernal). El regreso se realiza bajando hacia el Valle de Aguas Tuertas por laderas herbosas, fuera de senda. Conviene bajar por el trazado más conveniente, en dirección aproximadamente suroeste (si nos desviamos demasiado al sureste podemos encontrar resaltes rocosos).
  Cruzamos el tunel de Somport y enseguida nos desviamos a la izquierda en dirección a "Les Forges d'Abel".  Remontaremos entonces por una estrecha carretera atravesando un hayedo. El asfalto finaliza junto al Edificio de una Central Eléctrica, pero podemos continuar un kilómetro más, por una pista de tierra algo rota, hasta el "Parking de Espélunguère" (1.333 m.)
  Allí mismo nace la senda que sube hacia el Refugio de Arlet. Será la dirección que sigamos durante la primera parte del recorrido.
  La senda se interna en el hayedo y pasa junto a la cascada de Espélunguère. Enseguida salimos a terreno abierto.
  Nos alejaremos del río en dirección oeste, ascendiendo por una senda que acorta un par de lazadas de una pista de tierra. Finalmente saldremos a la pista y la seguiremos en dirección noreste adentrándonos en el bosque.
  Un poco más adelante el camino se convierte en sendero y comienza a ganar altura por el bosque.
  Sobre la cota 1.620, ya fuera del bosque, llegaremos a un pequeño collado. Al otro lado del mismo veremos una pista y un poco más lejos una cabaña de pastores.  Podemos acercarnos hasta la cabaña pero entonces daremos un rodeo. Por ese motivo giramos directamente hacia la izquierda (oeste) y comenzamos a remontar por la comba que forma el barranco de Couecq.  Nos dirigimos precisamente al Col de Couecq o de Contende (o Collado de Acué), que veremos en todo momento frente a nosotros.
   Caminaremos unos metros por una pista que luego da paso a un senderillo. Después el trazado se desdibuja y continuaremos por los pastos cruzando el menguado arroyo un par de veces hasta alcanzar el mencionado Collado de Couecq (2.020 m.)
  El collado marca la frontera con España. Giramos ahora al sur y seguimos ganando altura.  Encontraremos algunos hitos que nos encaminan hacia una cresta herbosa que nos corta el camino. Rodearemos, dejándolas a nuestra izquierda, la Punta Norte y la cresta por donde luego caminaremos.
   Alcanzado el cordal herboso (cota 2.140 m.), el otro lado nos descubrirá hermosas vistas aéreas del Valle de Aguas Tuertas, con acusados contrastes entre el verde, las laderas rojizas y la nieve y rocas calizas en altura. También veremos brillar las aguas del Ibón de Estanés por el sureste.
  Elena se queda descansando mientras yo asciendo a las cimas. Giro a mi izquierda y me elevo por el cordal para ganar en pocos minutos la cima del Acué (2.258 m.). Contemplo el horizonte un rato y decido continuar hasta la cima norte. Para ello desciendo a la cresta y la recorro con cuidado. En algunos puntos deberé ayudarme de las manos realizando pequeñas trepadas, fáciles pero con cierta exposición.
  Alcanzada la Punta Norte (2.245 m.), donde coincido con otros dos montañeros, descanso un poco y contemplo las vistas de los valles tratando de identificar las cumbres del Valle de Aspe, del Aragón, de Hecho e incluso de Lescún por el norte.
  Regresaré por el mismo camino hasta reunirme con Elena. Ahora descenderemos con rumbo sureste para bajar hacia Aguas Tuertas. El río Aragón-Subordán da allí sus primeros pasos, sinuosos, sin prisa. Perderemos casi 500 metros de desnivel hasta el fondo del valle. Damos algún pequeño rodeo para evitar algún nevero. La pendiente es fuerte pero no encontramos obstáculos importantes. Los bastones no vienen mal para descargar las rodillas.
  Alcanzamos por fin el llano y enlazamos con el marcado sendero que se dirige al Paso de Escalé (1.650 m.), paso fronterizo que nos permite regresar al Ruisseau d'Espélunguère. Durante el descenso atravesaremos un tramo arbolado antes de desembocar de nuevo en los prados por donde discurre el río Espélunguère. Allí, donde las aguas bajan más calmadas, enlazamos otra vez con la senda que en unos minutos nos devuelve al punto de partida.

  • Desnivel + acumulado: 1.000 m
  • Horario total: 4,5 h.  
  • Distancia recorrida: 11,3 km.


Cascada de Espélunguère


Al salir del bosque aparecen por el sur la Cúpula de Secús, Ruaba del Bozo...Aspe


Cerca del Col de Couecq o Collado de Acué


Pic d'Arlet y Pic d'Allary desde el Collado. Acherito, Petrechema y Mesa de los Tres Reyes a lo lejos


Sarrios corriendo por los neveros. Les gusta refrescarse tumbados sobre la nieve


Bisaurín emergiendo por encima de la Sierra de Secús


Ibón de Estanés. A lo lejos sobresalen Aspe, Llena del la Garganta y Llena del Bozo


Castillo de Acher. Acusados contrastes de colores


Valle de Aguas Tuertas y Guarrinza y las cumbres de la divisoria Hecho-Ansó al fondo


Cresta que separa el Acué de la Punta Norte


Regreso al collado donde espera Elena. A la izquierda se ve el fondo del Valle donde tenemos que bajar


Primavera. Flores, pastos verdes y agua


Caminando hacia el Paso de Escalé


Paso de Escalé


Hayedo, de regreso


Mapa del recorrido






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  • martes, 24 de junio de 2014

    Ibón de Sabocos e Ibón de Asnos, circular desde Panticosa

    Panticosa - Ibón Sabocos - Ibón Asnos - Collado Bozuelo - Barranco del Coronazo - Pista Hoz de Jaca - El Pueyo de Jaca

    Ibón de Sabocos y Peña Sabocos

    21 de junio de 2014,
      Hoy han cortado las carreteras por la prueba ciclista "Quebrantahuesos" y me he quedado "atrapado" en Panticosa.
      Decido hacer una ruta de senderismo circular desde el mismo pueblo. Se puede dejar el coche en una explanada que hay antes de entrar al casco urbano o también junto al cercano Pabellón Polideportivo, pues luego volveremos por allí.
       Comienzo a caminar por la circunvalación que lleva hacia las pistas de esquí. Antes de una curva a derechas, frente a unas viviendas, nos desviamos por una pista ascendente.
      La pista se convierte enseguida en sendero, bordea una casa de campo y desemboca en un rellano herboso donde encontraremos un puente de madera peatonal que cruza el Río Caldarés.
      Cruzamos el puente y seguimos por la senda de la izquierda que nos lleva hasta la pista que sube hacia la Estación de Esquí.  Abandonamos la pista por otro desvío a mano derecha que señaliza "El Pueyo de Jaca".
      El sendero está bien marcado y asciende durante un buen rato entre un tupido bosque donde abunda el boj. Llegaremos más tarde a otro desvío que nos indica "Ibón de Sabocos" (cota 1.330 m.).  La senda se empina y atravesamos un hayedo antes de salir a una zona de pastos.
      Pasaremos junto a un viejo Refugio Forestal (cota 1.480 m.) y caminaremos un corto trecho por una pista.
      A la altura de un abrevadero decido abandonar el camino que se dirige hacia el telesilla de Santa Cruz y me desvío a la derecha para ganar altura por la pendiente herbosa.  De esta forma alcanzaremos la parte superior de la Estación evitando caminar junto a cañones de nieve o pilonas.
      Dejamos Peña Robla a la derecha y nos encaminamos en dirección este, a través de pastos, en busca de la pista que nos lleva hacia la Zona de Sabocos. A nuestra izquierda dejaremos el Área de Servicios Petrosos, donde desemboca la telecabina.
       Bajaré al Ibón de Sabocos (cota 1.900 m.) y descansaré un rato. Después remontaré por un senderillo que se dirige al cercano Ibón de Asnos (cota 2.050 m.).  Bordearé este segundo ibón y ascenderé al visible Cuello de Bozuelo (cota 2.100 m.), al sur del Pico Mandilar.
       Descarto subir al Mandilar, pues el horizonte se está cubriendo de nubes y daban tormentas.
       Comienzo a bajar por el vallecito que forma el "Barranco del Coronazo", a los pies de Peña Blanca y Peña Roya. Es una zona poco transitada y por ello no existe un sendero claro. De vez en cuando encontraremos algún hito.
      Descenderemos cerca del cauce del barranco e iremos atentos para localizar los hitos que nos giran hacia el norte sobre la cota 1.800 m. De esta forma confluiremos con un amplio sendero que nos sacará a la pista de Hoz de Jaca.
       Nos queda ahora un largo descenso por la pista que baja hacia Hoz de Jaca. Pero no llegaremos al pueblo, pues sobre la cota 1.350 m. nos desviaremos a la derecha (atentos a no pasarse el desvío) en busca de la "Senda de Frazacor".
      De nuevo entraremos en un bosque umbrío, cuya sombra se agradece en verano. Recorreremos las laderas orientales por encima del embalse de Búbal hasta llegar a El Pueyo de Jaca.
       La senda desemboca en la carretera, muy cerca del puente del Río Caldarés. En el pueblo hay un ambiente festivo, pues están a punto de pasar los primeros ciclistas de la prueba de la Quebrantahuesos. Me espero un rato a que pasen las primeras unidades e incluso puedo sacarle una foto al que sería el ganador de la prueba.
      Me da tiempo a tomarme una cerveza con Elena y Luis, que están viendo la prueba en una terraza del pueblo.
      Finalizaré la excursión subiendo por el camino peatonal que comunica El Pueyo con Panticosa, y que pasa junto al Pabellón Polideportivo, cerrando así este recorrido circular.

    • Desnivel + acumulado: 1.200 m
    • Horario total: 4,5 h.  
    • Distancia recorrida: 20,7 km.



    Por el hayedo subiendo al Ibón de Sabocos


    Marmota


    Los rebaños de vacas ya están en los pastos estivales


    Ibón de Sabocos


    Ibón de Asnos


    Peña Blanca desde el Collado del Bozuelo


    Peña Roya y Peña Blanca


    Embalse de Búbal, bajando por el Barranco del Coronazo


    Peña Telera. Las nubes amenazaban lluvia pero no descargaron


    Por la "senda de Frazacor", camino de El Pueyo de Jaca


    Con casco verde, Rafale Pérez, el ganador de la Quebrantahuesos de 2014


    Ranunculus acris

    Lotus corniculatus sup.alpina (cuernecillo)

    Gentiana verna

    Myosotis (nomeolvides)

    Saxifraga longifolia (Corona de Rey)


    Mapa de la ruta






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  • jueves, 19 de junio de 2014

    Moncayo (2.316 m.) y Peña Negrilla (2.118), circular desde Agramonte

    Agramonte - Barranco de Castilla - Peña Negrilla - Moncayo - Santuario - Fuente del Sacristan - Fuente la Teja - Agramonte

    Rosa silvestre (Rosa canina)


    14 de junio de 2014,
       Tras la ascensión nocturna al Moncayo me despierto con las primeras luces y desayuno tranquilamente junto al coche. Ya hace rato que oigo pasar vehículos. Me da la impresión de que en la cima hoy habrá "llenazo".
       Desde el mismo aparcamiento (cota 1.085 m.) salgo caminando por la carretera que sube al Santuario.
       Acorto por el pinar un par de lazadas que hace la carretera y enseguida llego al arranque una pista por donde me alejaré en dirección oeste (cota 1.116 m.). A partir de ahora caminaré en soledad durante un buen rato, casi hasta la cima del Moncayo.
       La pista asciende suave a través del pinar por la margen derecha del Barranco de Castilla (o Barranco de Agramonte). Conforme ganamos altitud el firme empeora y la maleza se va adueñando del trazado.
       Sobre la cota 1.280 m. unos troncos me cortan el paso. Están caídos en una zona muy encharcada, casi pantanosa. A la derecha veo un gran hito de piedras que señaliza una senda que sube por el bosque por una zona aparentemente más limpia.
       Miro el track que llevo cargado en el GPS y veo que se adentra en la zona embarrada, lo cual me genera dudas. Decido fiarme del track y comienzo a caminar sorteando ramas e intentando no mojarme los pies. Caminaré despacio, atento al GPS, durante unos 200 metros. Finalmente encuentro un trazo de senda, e incluso algún tímido hito que me aleja de la turbera ladera arriba.
       Pronto salgo a otra pista en buenas condiciones (cota 1.348 m.), por donde tendré que caminar otra vez hacia el oeste. Ello confirma mis sospechas de que el desvío marcado con un gran hito debía de ser la alternativa correcta.
       La pista nos lleva de nuevo hasta la confluencia con el Barranco de Agramonte. En una curva cerrada (cota 1.422) tendremos que abandonar la pista por una senda que asciende paralela al Barranco en dirección al Collado de Castilla.  Caminaremos por la "línea imaginaria" que marca el límite provincial entre Zaragoza y Soria.
       Atravesaremos primero un agradable y refrescante hayedo, siempre a la sombra. Más arriba entraremos en un pinar silvestre. Por la derecha veremos aparecer, cada vez más cerca, la alargada loma que forma Peña Negrilla con la Punta Norte. Por allá arriba tengo intención de estar caminando dentro de un rato.
       El sendero sale del bosque y discurre los metros finales por el lindero del pinar. Progresaremos por una extensa vaguada repleta de piornos en flor que forman un vistoso manto amarillo.
       Alcanzado el amplio Collado de Castilla o de Pasalobos (1.947 m.) decido girar a la derecha (oeste) para ascender a la sencilla cumbre de Peña Negrilla, también llamada Moncayo de Castilla (desde Agreda puede confundirse esta cumbre con el verdadero Moncayo al quedar oculto detrás).
       Siguiendo algunos hitos, por una inapreciable senda entre lajas y arbustos rastreros, alcanzo la cumbre de Peña Negrilla (2.118 m.), presidida por una pequeña cruz metálica.
       Contemplo un rato las extensas vistas que se pierden en la Meseta Castellana. Destacan las grandes y cercanas poblaciones de Ólvega y Ágreda, más de 1.000 metros por debajo de donde me encuentro.
       Decido proseguir caminando hacia el norte para visitar también la cima Norte, un poco más baja que la principal. Para ello caminaré por el cordal algo más de medio kilómetro.
       Me deleito nuevamente con el paisaje, se aprecian incluso las cumbres nevadas del Pirineo, y comienzo a descender de regreso al Collado de Castilla. Para no pasar otra vez por Peña Negrilla decido atajar faldeando en diagonal. Pronto compruebo que no merece la pena, pues sin senda el avance es más lento y apenas se acorta.
       Desde el Collado deberé ascender los 350 metros de desnivel que me separan de la cumbre del Moncayo, que ganaré con calma, paso a paso. Encontraremos abundantes hitos por la pedregosa ladera hasta la misma cima.
       Arriba encuentro la habitual romería de los días de verano. Una marabunta está ascendiendo por la senda normal que bordea el Circo de San Miguel. Veo incluso a dos montañeros subir por la inclinada pedrera del circo. Otros han subido corriendo y van controlando el cronómetro. Me cuesta creer que justo hace 12 horas estaba en este mismo lugar totalmente solo.
       Descenderé por la ruta normal al Santuario, uniéndome a la variopinta caravana. Me sorprende ver a un montañero porteando una jamonera (el jamón no lo veo, supongo que se lo habrán comido).
       En el Santuario (1.621 m.) la mayoría de la gente da por finalizada la excursión o se encaminan al cercano aparcamiento de Haya Seca. Yo continúo por la senda que baja hacia las Fuentes del Fraile y el Sacristán.
       El camino está bien pisado y señalizado. Cruzaremos la pista hasta en seis ocasiones. De nuevo caminaremos por el bosque. Las especies cambian conforme perdemos altitud.  Pinos, hayas y abedules nos proporcionaran sombra, lo cual se agradece estando ya avanzada la mañana. De vez en cuando veremos algún bonito y brillante ejemplar de acebo.
       Al llegar al último cruce de la carretera (cota 1.200), veremos un Refugio. Allí giraremos hacia el noroeste para regresar hacia Agramonte. No es necesario caminar por el asfalto pues a mano izquierda encontraremos un pequeño sendero que entre los árboles discurre paralelo a la carretera.
       Pasaremos junto a las Fuentes de los Tres Caños y de la Teja. En esta última cruzaremos la carretera y tomaremos un sendero que pasa por la "Casa Blanca" . Desde allí seguiremos un corto sendero botánico que nos devuelve al punto de inicio, cerrando así este entretenido recorrido circular.
    • Desnivel + acumulado: 1.452 m
    • Horario total: 6 h.  
    • Distancia recorrida: 19,9 km.


    Peña Negrilla


    Ólvega


    Caseta de piedra entra las cimas de Peña Negrilla y la Punta Norte (Moncayo visible a la izda. foto)


    Punta Norte de Peña Negrilla


    Ágreda


    Bajando hacia el Collado de Castilla, con el Moncayo al frente


    Cima del Moncayo


    Circo de San Miguel, zona de los corredores que suelen hacerse en invierno


    Descendiendo hacia la Fuente del Sacristán. Cortaremos la pista hasta en seis ocasiones


    Mapa del recorrido (la ruta se realiza desde Agramonte en sentido antihorario)






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  • martes, 17 de junio de 2014

    Moncayo (2.316 m.), nocturna con luna llena


    Ocaso desde la cima del Moncayo

    13 de junio de 2014,
       Este fin de semana tenía compromisos familiares en La Rioja. Como estaba solo, mi plan era madrugar y hacer una excursión matinal el sábado de camino a tierras riojanas.
       Tenía en mente una circular bastante larga y con buen desnivel ascendiendo a Peña Negrilla y al Moncayo desde Agramonte.
       Pero la tarde del viernes, al salir de trabajar, me entero que esa noche hay luna llena y dan tiempo estable. ¿Por qué no adelanto el viaje y aprovecho para subir al Moncayo para ver atardecer?. Después podré bajar con la luz de la luna y dormir en el aparcamiento de Agramonte y al día siguiente hacer la excursión que tenía pensada, aunque ello suponga subir dos veces al Moncayo en menos de 12 horas. No me importa, pues a esta montaña le tengo un cariño especial.
       Menos mal que no soy supersticioso, porque luego me di cuenta de la combinación de "malos augurios": Luna Llena, Viernes 13, y una noche en soledad junto a las ruinas del "Sanatorio de Agramonte", con todas las "leyendas negras" que envuelven a ese inquietante lugar.
       Dicho y hecho. Sin pensármelo dos veces cargo los bártulos y me pongo en viaje.
       Con la tarde avanzada ya estoy subiendo por la carretera de Agramonte. Hace viento, los rayos de sol caen oblicuos y únicamente me cruzo con un ciclista por el camino.
       Llego al Santuario. El propietario me recomienda aparcar fuera de la explanada porque a veces cierran la cadena por la noche. Por si acaso dejo el coche fuera del recinto.
       Me calzo las botas y comienzo a caminar por el sendero que tantas veces he recorrido. Al salir del bosque, a los pies del Circo de San Miguel, me encuentro con un trío de montañeros que se extrañan de verme subir a estas horas. Pero más perplejos se quedan cuando me ven abandonar la ruta normal y encaminarme hacia la loma de la derecha, por donde ascendemos con esquís en invierno.
       El sol está muy bajo y el Circo ya está en penumbra, por eso he decidido buscar la costera que lo bordea por el Noroeste, todavía bañada por el sol.
       Atravieso un pequeño bosquete de pinos y salgo al lomo, repleto de piedras y plantas rastreras. Progresaré con calma, con tendencia a la derecha para buscar el sol.
       El viento arrecia y me alegro de abandonar la sombra y recibir los tibios rayos en la cara. En ese momento me encuentro con una enorme pieza de un avión, testigo de alguno de los accidentes aéreos que ocurrieron hace unas décadas, sucesos que han alimentado las crónicas negras de esta montaña tan singular.
       Llego a la cima antes de las nueve. Me ha costado poco más de una hora subir. Me abrigo, picoteo algo y deambulo un rato por los alrededores, esperando el ocaso.  Desafortunadamente la visibilidad no es buena, no hay mucha nitidez.
       Hago unas fotos y me parapeto tras un abrigo de piedras mientras contemplo la puesta de sol. Disfruto de la extraña sensación de soledad y observo el atardecer, un espectáculo tan viejo como la Tierra misma. Y uno entiende la magia, el misticismo y la simbología que representaban para nuestros ancestros los momentos del amanecer y el atardecer.
       Dejo que el astro rey se oculte y con las luces púrpura tiñendo el horizonte emprendo el regreso, esta vez por la ruta normal.
       Unos tímidos relámpagos entre nubes centellean sobre las Cinco Villas. La penumbra de las vastas extensiones por el norte se va adornando con miles de luces anaranjadas, casi macilentas. Los pequeños pueblos de San Martín, Lituénigo y Litago quedan eclipsados por las brillantes luces halógenas de los Polígonos de Tarazona e incluso Tudela, más lejos aun. El cielo estrellado parece reflejado sobre las llanuras del Campo de Borja.
       Voy descendiendo, el aire amaina y me envuelve un silencio sepulcral. Antes de llegar al bosque la luna me da la bienvenida, grande, oronda y luminosa.
       Pero enseguida entro en el bosque y las ramas me privan de luz. Enciendo el frontal. Oigo algunos chasquidos, seguramente animales extrañados de ver un cono luminoso serpentear entre los árboles.
       Llego al Santuario. El bar aun está iluminado pero en el parking solo hay un coche.
       Dejo la mochila en el maletero y bajo hacia Agramonte. Conduciré muy despacio. Es casi medianoche y el bosque rebosa vida. Me cruzaré con corzos, familias de jabalíes, algunos de tamaño enorme, e incluso un zorro.
       El aparcamiento de Agramonte está vacío. Abato los asientos traseros y me tumbo, algo incomodo. La tenue luz de la luna baña el ambiente y crea un mundo de blancos y negros, reina la calma y el silencio es casi ensordecedor. Intentaré dormir unas horas.

    • Desnivel + acumulado: 740 m. 
    • Distancia recorrida: 6 km.


    Subiendo con las luces de tarde. Lástima que haya poca nitidez


    Dejando pasar el rato


    "Mira el Moncayo azul y blanco...dame tu mano, y paseemos..."


    El viento arrecia, hay que agarrarse a buen madero


    Vistas al sur


    Las luces y los colores cambian...


    ...y el espectáculo dura apenas unos minutos


    Se acaba el día...


    ...y viene la noche