miércoles, 26 de marzo de 2014

Las Hoces del Río Piedra

Circular por las Hoces del Río Piedra desde Aldehuela de Liestos


Caminaremos entre paredes calizas sobrevoladas por buitres leonados


22 de marzo de 2014,

   Aprovechando un viaje por asuntos familiares a Calamocha decidimos madrugar un poco para hacer antes una visita a las Hoces del Río Piedra.

  Nos desplazamos hasta Aldehuela de Liestos, pequeña localidad de la comarca de Campo de Daroca, limítrofe con la provincia de Guadalajara.

  Antes de entrar al casco urbano encontramos un poste indicador que nos desvía por una pista de tierra. Recorremos un kilómetro hasta una pequeña explanada donde hay una mesa con bancos para picnic donde se inicia el sendero de las “Hoces del Piedra” (GR24).

      Nuestra intención es recorrer el fondo del barranco completo y regresar después por la parte alta de los cantiles pasando por dos miradores panorámicos.

   El sendero es fácil y no ofrece dificultades. La ruta circular que proponemos tiene la ventaja de que puede acortarse a gusto de cada uno pues realmente se trata de dos recorridos que se unen en el punto medio.  Precisamente en el punto de intersección se encuentra el otro y más frecuentado acceso a las Hoces por la pista que viene desde Torralba de los Frailes.

  Tras aparcar el coche caminamos unos metros por un sendero que bordea unos campos labrados. Enseguida llegamos a un estrechamiento y entramos en las hoces.

  El Río Piedra generalmente está seco, pero el paraje podría estar anegado si se han producido lluvias copiosas.

   La erosión durante milenios y los efectos de las últimas glaciaciones modelaron esta garganta atrapada entre paredes calizas. En los roquedos anidan numerosas especies de aves. Es fácil descubrir a los buitres en los múltiples recovecos y repisas de los acantilados.

   El sonido del canto de los mirlos, arrendajos, chovas y otros córvidos serán una constante durante el paseo. Los rápidos vuelos del avión roquero y el planeo de los buitres invitan a parar de vez en cuando para su observación. Para los ornitólogos las Hoces son visita obligada.  

  Caminaremos entre abundantes carrascas. También crecen quejigos, sabinas y enebros. Las hiedras parecen haberse petrificado sobre las paredes, fusionadas en su abrazo con la roca anaranjada.  De vez en cuando encontraremos rincones con bancos y mesas bajo los voladizos de roca que invitan a una parada.

  Algunos paneles informativos sobre la flora y fauna autóctonas permiten hacer la ruta de forma sosegada y  a la vez educativa. El discurrir de las Hoces es sinuoso, como los meandros que dibuja el cauce.

   Al avistar la altiva “Peña del Buitre” el cañón se ensancha y se hace más amplio. Llegaremos después a un Refugio y las ruinas de un viejo Molino. A este punto se puede llegar en coche por una pista desde Torralba de los Frailes. Si aguzamos la vista podremos descubrir las brillantes chapas y anclajes de las numerosas vías de escalada existentes en esta zona.

   Continuamos por el sendero del fondo del barranco. Un viejo azud para represar el agua nos recuerda de nuevo que aquí hubo un molino. Seguimos las marcas verdes y blancas de un PR. El cañón se estrecha y la vegetación se hace más densa. Algunos chopos cabeceros, fresnos y sauces nos indican que en este tramo el ambiente es más húmedo.

  Alcanzaremos el punto más alejado del trayecto cuando llevamos casi 8 kilómetros recorridos. El sendero cruza el seco cauce. Iremos atentos a los hitos que nos encaminan hacia una ladera por donde el camino asciende hacia la parte alta de los acantilados.

   Caminando entre carrascas el senderillo nos acercará al borde de los cantiles hasta el llamado “Mirador del Reconquillo”. Buen lugar para hacer un alto y picotear un poco. Frente al mirador las Hoces describen una amplia curva ofreciendo estupendas vistas.

  Continuaremos caminando un rato mientras en suave descenso iremos perdiendo altura hasta desembocar de nuevo en las ruinas del Molino, pasando junto a dos curiosos monolitos de roca.

  Caminaremos otra vez por el fondo del barranco durante casi dos kilómetros hasta el cartel que marca la “Senda del Mirador”. De nuevo nos desviamos elevándonos gradualmente por una senda que nos llevará hasta un segundo mirador donde hacemos una última parada.

  El sendero nos devolverá después a la parte baja del cañón hasta enlazar con el camino por donde caminábamos hace unas horas y por donde regresaremos al punto de inicio.


  • Desnivel + acumulado: 225 m
  • Horario total: 4,5 h.  
  • Distancia recorrida: 16,5 km.

Punto de inicio

Enseguida entramos en en las Hoces


Encontraremos zonas de descanso durante el recorrido


La senda es cómoda y llanea por el fondo del barranco


"Apartamentos" con vistas para los numerosos buitres leonados


Caminaremos rodeados de paredes calizas


Marcas de PR y postes indicando el GR24, aunque el recorrido no tiene pérdida


De vez en cuando las Hoces se estrechan y se vuelven más umbrías


Chopos cabeceros


Monolito de roca


Azud que represaba agua para el viejo molino


Elena


Mirador del Reconquillo


El mirador ofrece buenas vistas al estar situado frente a una curva que hacen las Hoces


Formas caprichosas


Llegando de nuevo a la zona del viejo molino, punto de intersección de senderos


Caminamos de nuevo por el fondo de las Hoces de regreso


Segundo Mirador



jueves, 20 de marzo de 2014

Vértice de Anayet (2.559 m.)

Ascensión con esquís y raquetas por el barranco de Culibillas

Pachi saliendo al Cuello de Anayet bajo las paredes del Anayet y el Midi a lo lejos

16 de marzo de 2014,

   Este domingo no madrugamos, haremos una salida corta. Nos desplazamos hasta el parking Anayet de la Estación de Esquí de Formigal para subir por el barranco de Culibillas hacia el Vértice. Dan viento de norte así que nos alegramos de poder subir resguardados por el barranco.

  Elena viene con raquetas. Nos acompañan Pachi e Iñaki y el “desaparecido” Carlos, con quien no coincidía desde hace muchas semanas.

   Desde el mismo parking (cota 1.735 m.), ascendemos por el borde de las pistas de esquí en dirección suroeste para entrar en el barranco de Culibillas.

  Hay abundante nieve y muchas huellas. Tranquilamente, disfrutando del sol y charlando, remontaremos hasta alcanzar el rellano de los ibones de Anayet (2.240 m.). Allí Elena decide quedarse descansando y disfrutando de las vistas.

  El resto enfilamos hacia el oeste y cruzamos la amplia explanada con los ojos puestos en el Cuello de Anayet (2.415 m.), que separa las cimas del Anayet y el Vértice de Anayet.

   La ascensión al collado es empinada. Nos ponemos crampones mientras Carlos intenta ascender sin quitarse los esquís. Parece que ha vuelto con ganas pues a punto está de plantarse con los esquís en el collado. El último tramo está duro y por precaución decide quitárselos para salir de la canal.

   Desde el collado giraremos hacia la izquierda. Siempre con crampones y piolet ascenderemos por la rocosa y nevada arista hasta la cima del Vértice. Sopla un viento muy fuerte que nos zarandea.

  Hacemos unas fotos. El vecino y cromático Anayet y el Midi por septentrión captan nuestras miradas.

  Descenderemos de nuevo con cuidado, asegurando los pasos. Cuando la arista se suaviza decidimos ponernos los esquís y bajar esquiando por la pala este, huyendo del molesto viento. La nieve ha transformado. Gozamos esquiando hasta la mallata de los ibones.

  Allí nos reunimos con Elena y juntos emprendemos el descenso por el barranco. La nieve es abundante y fácil de esquiar, pocas veces hemos pillado unas condiciones así en el barranco de Culibillas. Vamos buscando las laderas para encadenar giros. De vez en cuando esperamos a que nos alcance Elena.

  Al llegar a la estación de esquí remontamos con pieles unos metros para salvar la salida del barranco y bajar esquiando hasta el parking. Allí nos despedimos, contentos y con ganas de repetir. La jornada ha dado más de lo que esperábamos en un principio.

(*) Tras las fotos he puesto un video que grabó Carlos.

  • Desnivel + acumulado: 830 m
  • Horario total: 5 h.  
  • Distancia recorrida: 11,5 km.

Foqueamos unos minutos por las pistas en dirección al barranco, que se abre por la derecha


Elena subiendo por el barranco de Culibillas con el Espelunciecha al fondo


A lo lejos los Infiernos y el Macizo de Argualas y Garmo Negro


En la explanada ponemos rumbo hacia el Cuello de Anayet, visible a la izquierda del pico homónimo


Iñaki saliendo al collado


Yo con el decorado del Anayet y Midi 


Nos encaminamos a la arista que nos llevará al Vértice de Anayet


Un descanso, aunque el fuerte viento no aconsejaba parar mucho rato


Llegando a la cima


Aquí llega Pachi


Los cuatro en la cima del Vértice


Bajamos


Llegando a la mallata durante el descenso




Y aquí el video que ha preparado Carlos G.




miércoles, 19 de marzo de 2014

Anie o Auñamendi (2.507 m.)


Ascensión con esquís desde el Refugio l'Abérouat (Lescún)

Rafa esquiando los primeros metros de la pala sur del Anie

15 de marzo de 2014,

   Hoy nos juntamos un grupo de diez, no porque seamos “muy buenos”, sino porque sumamos esa cifra (Bea, Sandra, Daniel, Nacho, Rafa, Pachi, Leo, Javi I, Javi II y yo).

   Cruzamos el túnel de Somport y recorremos los 23 km. que nos separan de la pintoresca  localidad francesa de Lescún.

  Desde el pueblo seguimos los indicadores que por pista asfaltada nos conducen hasta el Refugio l’Abérouat (cota 1.439 m.)

   Nos calzamos esquís junto al edificio y comenzamos a recorrer el largo sendero que en dirección oeste atraviesa el bonito hayedo a los pies de los paredones de “Les Orgues de Camplong”.

  En las zonas con menos arbolado, más expuestas al sol, la nieve escasea y tendremos que descalzarnos los esquís.

  La senda recorre unos tres kilómetros sin apenas ganar altitud, incluso con algún sube-baja. Poco a poco encontraremos más cantidad de nieve lo que nos permitirá foquear sin problemas.

  Al salir del bosque el espesor de nieve es considerable. Por terreno abierto recorreremos otro kilómetro en suave ascenso hasta alcanzar la cabaña “Cap de Baitch” (1.670 m.)

  A partir de aquí comienza la verdadera ascensión. Ponemos rumbo suroeste y comenzamos a ganar altura mediante zetas encadenando dos palas consecutivas hacia el Col des Anies (2.070 m.), que se abre entre los picos Countende y Soum Couy. La rampa superior es empinada y la nieve está dura, lo cual nos obliga a colocar cuchillas.

  Alcanzado un rellano superior, con la vistosa e imponente cara norte del Anie frente a nosotros, comenzamos a bordear el pico por la derecha (oeste). Es posible subir también de forma más directa por la cara este, aunque desconozco las características o dificultades de esa ruta.

   Seguiremos en todo momento por el fondo de la suave vaguada que va rodeando el pico a cierta distancia. Nosotros quisimos acortar por una variante más directa pero luego tuvimos que perder algo de altura y hacer un flanqueo, con lo cual no merece la pena intentar atajar. En el track he corregido el trazado para que coincida con la vaguada, el camino más sencillo.

   Una vez alcanzamos la vertiente occidental del pico confluimos con la vía normal procedente del Puerto de Ernaz (Belagua-Navarra). Así lo atestigua la cantidad de huellas que encontramos en esta zona. Giramos hacia el este mientras ganamos altitud con rapidez. Nos cruzamos con bastantes montañeros que ya descienden.

  Bajo un calor sofocante remontaremos por la ladera hasta alcanzar un rellano. Nos tomamos un respiro antes de atacar la pala terminal, bastante empinada, que nos conducirá hasta la antecima sin descalzarnos los esquís.  El sol ha transformado la nieve y no necesitamos crampones.

   Estaremos un buen rato arriba disfrutando de las impresionantes vistas. Esta cumbre, ligeramente apartada de la cordillera axial, ofrece una extensa visión del Pirineo Occidental.

  El descenso con esquís desde la misma cima nos dejará muy gratas sensaciones. Una nieve bien transformada en la cara sur nos recompensará de todos los esfuerzos de la ascensión.

   Regresaremos por el mismo camino. Durante la bajada intentaremos flanquear evitando perder altura hacia el Col des Anies para evitar remar. Disfrutaremos después esquiando las palas que bajan hacia la cabaña de Baitch. ¡Qué pronto se baja lo que tanto nos ha costado subir!

  En el bosque  nos dejamos deslizar durante gran parte del recorrido. El tramo final, con sus pequeñas subidas y la nieve escasa nos obligará a portear un rato.

  En el aparcamiento, antes de despedirnos, nos tomaremos las ya tradicionales cervezas con picoteo entre abundantes risas.
  • Desnivel + acumulado: 1.135 m
  • Horario total: 6,5 h.  
  • Distancia recorrida: 16,3 km.


Explanada del Refugio l'Abérouat, con los llamativos Picos Billare al fondo


Comenzamos a foquear desde el mismo Refugio, siguiendo las marcas del GR


Picos Billare. El Anie nevado a lo lejos y el Countende con sus puntas rocosas


Donde escasea el arbolado tenemos que quitarnos los esquís


Enseguida entramos en la frondosidad del bosque y podemos calzarnos esquís definitivamente


Ya hemos dejado el hayedo atrás y nos aproximamos a la Cabaña


Cabaña Cap de Baitch


Superamos dos rampas con nieve dura de camino al Col des Anies


Cara norte del Anie


Foqueando por la planicie. Un desierto kárstico en verano


De vez en cuando paramos para deleitarnos con la majestuosa estampa


Bordeamos por la derecha haciendo un flanqueo (no obligado, mejor ir más abajo por la vaguada)


Atacando ya las palas de la cara sur. Mesa de los Tres Reyes al fondo


Karst y nieve, llamativo contraste


La cresta de Añelarra, el Pene Blanque, La Mesa...


El panorama de conocidas cumbres que cubre el horizonte es espectacular


Sol abrasador, que va transformando la nieve


Javi sube con crampones por problemas con sus fijaciones


Por encima de los Billare asoma el Midi, siempre el Midi


Sierra de la Partacua, Collarada, Aspe, Bisaurín, Castillo Acher, Picos de Lescún...vistas infinitas


Nacho en la cima del Anie


Daniel y el resto del grupo en la antecima


Últimos metros


Las chicas, Sandra y Bea


El equipo azul, y Nacho infiltrado de negro


Rafa disfrutando de la intensa bajada de la pala sur


Bea contemplando el paisaje calizo vestido de blanco


El Midi, a punto de entrar en el hayedo


Durante el regreso, al alejarme de Jaca veo por el retrovisor este espectacular atardecer


Peña Oroel flambeada


El cielo arde




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