miércoles, 26 de septiembre de 2012

Llena del Bozo (2.559 m.), Llena de la Garganta (2.599 m.) y Aspe (2.645 m.), ruta circular


Recorrido circular saliendo desde la pista de Aísa

Regresando a la Brecha de Aspe vemos los impresionantes murallones de la Llena de la Garganta donde antes hemos ascendido


23 de septiembre de 2012,

   Pese a la previsión de lluvias hemos decidido intentar enlazar estas tres representativas cimas que conforman la Corona del Aspe realizando un recorrido casi circular. He quedado con Daniel Mur y con Javi. La ruta es exigente por el desnivel y distancia. No es muy difícil aunque hay que realizar alguna pequeña trepada para ascender la Llena de Garganta por su vertiente oeste (I+) y conviene ir bien atento a los hitos durante todo el recorrido para encontrar los puntos correctos por donde se salvan las murallas que rodean a estos picos. Se requiere buena orientación en la montaña.

   Para llegar al punto de partida, viniendo de Jaca, pasaremos por la población de Aísa y un poco después nos desviaremos a la derecha por la pista asfaltada de unos 9 km. que sube hacia los refugios de Saleras y Rigüelo. Llegaremos a una valla metálica que impide el paso de vehículos. Encontraremos suficiente espacio para aparcar los coches con comodidad.

   Son un poco más de las 9 de la mañana cuando comenzamos a caminar (cota 1.480 m.). Está cubierto y el viento de sur sopla con fuerza. Tras cruzar la valla subimos un primer y corto trecho de pista empinada y pronto salimos al valle superior donde ya gozamos de buenas vistas sobre las cumbres que vamos a coronar. A la izquierda, apenas se ve desde el camino, hay un refugio de pastores que está en obras. Enseguida abandonamos por la derecha la pista que por el oeste se encamina hacia el Cuello del Bozo. Bajamos para cruzar el arroyo. Al otro lado, la senda, muy marcada por el continuo trasiego de caminantes, comienza a ascender entre pastizales y matorrales.

  Obviaremos un desvío hacia la derecha que se dirige hacia el Paso de la Garganta de Aísa y los Mallos de Lecherín. Nuestro sendero está bien marcado pues coincide con la subida normal al Aspe. Sobre la cota 1.850 m. pasaremos junto a un abrevadero. En este punto nosotros nos desviaremos por la senda de la izquierda que se dirige hacia el Paso de Napazal. La mayoría de la gente continúa en cambio por la senda de la derecha que sube directa al Aspe por la zona del “Embudo”. Dentro de unas horas, si toda ha ido según lo previsto, bajaremos por allí.

  Iremos rodeando por el Suroeste el Pico Llena de la Garganta. La cómoda senda de tierra desemboca en una ladera con rocas sueltas que deberemos de flanquear y remontar antes de llegar a una empinada glera que se suele ascender con crampones en invierno. Estamos a una cota aproximada de 2.100 m. En lugar de subir por la pala, que nos llevaría directamente al Paso de Napazal, nos desviamos a la izquierda para rodear completamente el Pico Llena del Bozo por el Sur. Apenas hay hitos y el sendero está muy difuminado pues este recorrido es muy poco utilizado.

   Iremos rodeando las murallas atravesando algunas zonas con bloques de piedra primero y luego por empinadas laderas de hierba, sin apenas dificultades. Al alcanzar la vertiente oeste del pico vemos más abajo la senda que viene del Cuello del Bozo, por la cabecera del barranco de Igüer, y que es el acceso normal para los que vienen desde el Refugio de Lizara. Pronto desembocamos en una gran pedrera grisácea donde hay una manada muy grande de sarrios. Vemos a un grupo de montañeros que caminan por el límite donde la pedrera se convierte en roca y hierba, pues parece el terreno más cómodo para caminar, y hacia allí nos dirigimos. Ya solo nos resta una dura subida, de unos 300 metros de desnivel, hasta alcanzar el hombro que por el lado norte se descuelga de la cima. Nos reagrupamos y subimos juntos los últimos cincuenta metros que nos separan de la cumbre de la Llena del Bozo (2.559 m.).

   Tenemos muy buenas vistas del cercano Macizo de Bernera, el Bisaurín y las lejanas cumbres de la divisoria Hecho-Ansó por el Oeste. Hacia el Norte se abren grandes vistas del Valle de Aspe en Francia y la omnipresente mole del Midi recortándose en el horizonte. Y hacia el Este vemos todavía lo que nos queda por recorrer, la Llena de la Garganta y el Aspe y las brechas que los separan y que tendremos que ir salvando.

  Comemos un poco antes de comenzar el descenso hacia el Paso de Napazal. Vamos atentos de los hitos para encontrar el punto adecuado que nos permitirá descender sin apenas complicaciones. Como referencia para localizar el punto donde abandonar el lomo y comenzar a descender directos hacia el Paso de Napazal veremos una especie de gran grieta o sima encajonada entre grandes rocas que tendremos que bordear siempre por una cota algo superior, realizando un pequeño y sencillo destrepe. Después ya enlazaremos con una pedrera donde hay numerosas trazas de pisadas.

   Superado el Paso de Napazal (2.330 m.) comenzamos otra vez a ascender por una senda que a través de otra glera nos va acercando a las paredes occidentales del Pico Llena de la Garganta. Seguiremos la senda que se dirige con tendencia hacia el sur en dirección a una especie de falso collado o brecha visible al fondo pero NO llegaremos hasta el mismo pues habrá que ir atentos a los hitos de piedras que nos desvían hacia la pared para buscar una canal que con algunas fáciles trepadas nos permitirán encaramarnos al lomo superior. Una vez arriba giraremos a la izquierda y bastará con subir por la pedregosa y larga loma hasta alcanzar la cima de la Llena de la Garganta (2.599 m.).

    Hacemos unas fotos y contemplamos las magníficas vistas desde la nueva perspectiva que nos ofrece esta nueva cima. No perdemos mucho tiempo y comenzamos a descender porque el viento sopla cada vez más fuerte.

   Habrá que ir perdiendo altura un buen trecho en dirección suroeste sin perder atención a los hitos de piedras ya que nos encaminarán hacia otra pequeña canal por donde se baja a buscar el punto clave que nos permitirá salvar las murallas orientales. De esta forma lograremos descender, mediante un sencillo destrepe, hasta la pedrera que se extiende a los pies de los paredones meridionales de este pico.

   Intentaremos ahora ir cerca de las paredes para caminar con más comodidad pues la pendiente hace que la progresión por la canchalera sea algo penosa. No obstante, conforme nos acercamos a la brecha del Aspe habrá que alejarse de las paredes y cruzar un tramo de pedrera. Un sencillo destrepe final nos dejará en la misma Brecha del Aspe (2.435 m.).

   Ya solo nos falta encarar la última subida, primero hasta la brecha superior y posteriormente hasta la cima del Aspe (2.645 m.).

   En la cima nos resguardamos del viento y hacemos una parada más larga para comer y descansar un rato. Las rachas de viento son bastante fuertes pero afortunadamente no ha llovido. Tras el reparador descanso iniciamos el descenso de nuevo hacia la Brecha y desde allí seguiremos descendiendo por la ruta normal, plagada de abundantes hitos que nos guiarán por el laberinto kárstico hasta desembocar en la empinada ladera que desciende hacia el “Embudo”, cerca del abrevadero por donde caminábamos hace unas horas.

  En el abrevadero enlazamos de nuevo con la senda por donde subíamos esta mañana. Ya solo tendremos regresar sobre nuestros pasos. Hemos tenido suerte al haber podido completar la “Trilogía del Aspe” sin mojarnos pues esa misma tarde, un par de horas más tarde, llovería con fuerza.
  • Desnivel + acumulado: 1.531 m
  • Horario total: 7 h. 
  • Distancia recorrida: 14,6 km.


Recorrido aproximado para bordear la Llena del Bozo por el sur


Desde el hombro norte de la Llena del Bozo ya vemos las otras dos cimas


Últimos metros para hacer cima en la Llena del Bozo


Recorrido aproximado desde el Paso de Napazal hasta la cima del Llena de la Garganta. Se supera una canal fácil (I+)


Saliendo de la canal


Cima de la Llena de la Garganta


Cima de la Llena de la Garganta


Mirando a Francia. Bosque de Sansanet abajo y Midi recortado al fondo


Bajando en busca del Paso Clave en el espolón sur


Siguiendo los hitos vamos dejando las murallas atrás


Destrepe final en el Paso Clave para alcanzar la pedrera oriental


Allí se indica el Paso Clave por superar las barreras rocosas


Llegando a la Brecha de Aspe


Última ascensión del día. Pico Aspe


Vista al Oeste, de donde venimos, desde la cima del Aspe


Vistas hacia el Este


Bajando de nuevo a la Brecha del Aspe para regresar


Track en Google



Otras excursiones por la misma zona:




martes, 18 de septiembre de 2012

Pic de Larry (2.337m.) por el Chemin de la Mâture, circular


Ascensión por el Chemin de la Mâture  y GR10 y regreso por el Refugio de Larry y Urdos

Desde la cima del Pic de Larry veo el Col d'Aneou y me trae recuerdos de nuestras rutas con esquís de travesía por este bonito entorno, tan diferente en invierno.

15 de septiembre de 2012,

   El viernes todavía no tenía claro el plan para el sábado. Finalmente, como estaré solo, rescato de mi lista de pendientes una ruta casi olvidada que se me ocurrió hace tiempo. Se trata de un recorrido circular en el Pirineo Francés, aparentemente sencillo pero bastante largo. Algunos de los tramos ya los conozco de otras excursiones por la zona.

   Me levanto tarde, desayuno rápido, cojo el coche y me voy dirección a Jaca. Continúo hacia Canfranc para cruzar el túnel de Somport. Después bajaré unos cinco kilómetros hasta la población de Urdos. Sigo por la carretera unos tres kilómetros más hasta un desvío a mano derecha que marca “Etsaut”. Allí mismo, nada más cruzar el puente que salva el río “Gave de Aspe” hay una explanada a mano derecha donde se puede aparcar. Es el denominado “Pont de Cebers (637 m.)”, donde se suelen dejar los coches para visitar el “Chemin de la Mâture”.

   Son ya las 09:40 cuando comienzo a caminar. Un cartel indica “Col d’Ayous 6 h.30”. Se me queda cara de haba. Si eso es verdad, suponiendo que tengo que pasar  por ese collado, después subir al Pico y finalmente regresar por otro valle, me veo llegando al coche a las 11 de la noche. En fin, yo calculo que ese tiempo es bastante exagerado, cosa que luego pude constatar.  De todas formas, como precaución, decido que a las 14:00 horas me daré la vuelta si no hubiese llegado a mi objetivo.

   Aligero el paso y subo algo así como un kilómetro por una pista asfaltada. Al llegar a una curva pronunciada un cartel indica el desvío a la senda del “Chemin de la Mâture”. Los que quieran visitar este curioso camino regresando por el mismo sitio pueden subir con el coche hasta esta curva y se ahorrarán el tramo asfaltado. Suele haber espacio para aparcar tres o cuatro coches.

   Abandono el asfalto y sigo ganando altitud. Pronto la senda va girando hacia la izquierda y nos topamos con un espectacular tramo de sendero excavado en la roca. Al parecer este camino se talló en las paredes para permitir extraer madera de los bosques río arriba, con destino a la Armada Francesa. El barranco, encajonado entre verticales paredes, forma un profundo desfiladero llamado “Les Gorges du Pont de l’Enfer” y la única forma de hacer una senda practicable fue “comiéndose” parte de la pared.

   Al otro lado del barranco podemos ver una construcción militar llamada “Fort du Portalet” al cual se accede desde un desvío en la carretera principal.

   El sendero sigue ganando altitud al borde del precipicio. Algunos montañeros están practicando escalada en unas vías equipadas.

  Llevo media hora caminando y el valle se va ensanchando. Dejo atrás el tramo tallado en la roca y entro en un bosque. A la izquierda veo las dos “Cabañas de Perry”, donde unas vacas están pastando. El sendero transita un buen rato entre los árboles, predominando las hayas y los avellanos. También los helechos me recuerdan que camino por la vertiente francesa, con un clima más atlántico. Pronto llegaré al desvío del “Pont des Trungas”. Me desvío brevemente para ver el puente, que está parcialmente caído. Al otro lado se pierde una senda que se interna por el Bois du Piacq. Me doy la vuelta y regreso al cruce de caminos. Un fuerte repecho me deja en otra bifurcación. Hacia la izquierda el camino nos lleva hacia el “Col d’Arras” lo que nos permitiría completar una bonita y sencilla circular que ya realicé hace unos años. Yo sigo hacia la derecha, siguiendo siempre las marcas del GR10.

   El sendero alterna tramos de bosque, cada vez más escasos, con pastos donde algunos grupos de vacas y caballos pacen tranquilamente.

    Sobre la cota 1.500 la vegetación arbórea desaparece. Camino ahora a cielo abierto, el sol pega fuerte y apenas hay viento, así que ralentizo un poco el ritmo para no sudar mucho. Continuaré remontando todo el largo valle de Baigt de Saint Cours. Al fondo ya veo la cima del Pic d’Ayous y a su derecha se intuye el Collado al que me dirijo.

    Alcanzado el fondo del valle la senda hace unos zig-zags para remontar las pendientes finales. Ya muy cerca del collado paso junto al desvío que baja hacia el Refugio de Larry, por donde luego regresaré.

   Por fin llego al Col d’Ayous (2.178 m).  Me ha costado menos de 3 horas. De acuerdo que voy solo y mi ritmo es rápido, pero tampoco corro ni voy asfixiado. Creo que el tiempo de 6,5 horas que marcaba el cartel inicial es excesivo. Más razonable me parecería marcar 4,5 horas por ejemplo.

   Desde el collado se abren grandes vistas hacia la vertiente de Ossau, el Este, con el Midi y los Lagos de Ayous ofreciendo la estampa de la típica postal de montaña.

   Giraré hacia la derecha (Sur) y seguiré una senda que parece dirigirse a la cima del Pic  de Larry. Paso junto a una cima secundaria, que tendré que rodear por la derecha pues  por la izquierda unos cortados caen hacia los Lagos de Ayous. Ahora tendré que descender unos metros hacia un vallecito al fondo del cual ya veo la cima del Pico Larry. Bastará con seguir la senda por el fondo de la vaguada y encaramarse a un colladito al Este de la cima. Desde aquí remontaré la empinada ladera de hierba hasta la misma cima del Pic de Larry (2.337 m.).

   Como voy bien de tiempo haré un largo descanso de más de media hora para comer y disfrutar de las magníficas vistas. Es un mirador de excepción. Oteo el horizonte en una panorámica de 360º intentando identificar las cimas, muchas de ellas bien conocidas y que me traen muchos recuerdos. Comenzando por el Este y en sentido horario puedo ver el Pic Lurien, El Midi en primer plano, cuya mole esconde detrás al Pallas y el Balaitus, La Gran Facha, el Musales, el Vignemale asomando muy lejos, el Peyreget, los Infiernos y Macizo de Argualas, el Mallarruego, Tendeñera, Peña SabocosAneou, Peña Blanca, Espelunciecha, Culibillas, Canal Roya, Peña Telera, Arroyeras, Anayet, Vértice, Malacara, Punta Escarra, Pala de Ip, Collarada, Moleta, Pico de los Monjes, Llena del Bozo, Bisaurín, Agüerri, Castillo de Acher, Peña Forca, Arlet, Chipeta, Quimboa, Anzotiello, Petraficha, Acherito, Petrechema, Mesa de los Tres Reyes, Anie…por no citar los más cercanos Casterau, Paradis, Caillabet, Arazures, Gradillere... donde tanto hemos disfutado en nuestras salidas con esquís.

   Y justo debajo de mí brilla muy azul el gran Lago de Bersau y los otros más pequeños Lagos de Ayous un poco más al norte. A orillas del Lac Gentau veo el tejado del refugio de Ayous donde algunos senderistas van y vienen.

   Tras el descano abandono la cima por el mismo camino por donde he subido. En lugar de llegar hasta el Col d’Ayous veo que se puede bajar directamente por una ancha canal herbosa, aunque empinada, que me lleva hacia el valle donde se emplaza el Refugio de Larry. Descenderé por ahí hasta enlazar con la senda que bajaba desde el Col d’Ayous.

   Continuaré ya por el marcado sendero que desciende por la zonas de pastos. Esta vez son ovejas en lugar de vacas las que ramonean los últimos pastizales antes de que el otoño agoste las laderas y el ganado deba regresar a tierras bajas. Pasaré junto al Refugio de Larry (1.724 m.) donde me cruzo con un pastor. Una moza se solaza refrescándose junto al arroyo.

   El sendero desciende hasta internarse por otro pequeño bosque de hayas. Sobre la cota 1.300 veo un desvío hacia la derecha que tomaré y que señala “Urdos”. La senda recorre una larga ladera sin apenas perder desnivel. Me encuentro algunas vacas y tengo que pasar apretujado entre ellas dado el poco espacio existente pues por un lado está la empinada loma y por el otro una valla que protege la caída de los rumiantes ladera abajo.

   Desde esta senda puedo ver el valle del Aspe desde las alturas. Hay que ir atentos para no pasarse una puertecita en el vallado por donde debemos desviarnos para bajar a Urdos, cuyo caserío se ve unos cientos de metros más abajo.

   El sendero baja haciendo lazadas y pronto se interna otra vez en el bosque. Se agradece la sombra.

  Una vez llego al pueblo, cruzo la carretera y bajo un poco para caminar por la calle principal. A las afueras paso junto a la tapia del cementerio y sigo caminando por la pista asfaltada que pasa al lado de un camping y después desemboca junto a la estación de ferrocarril. A partir de aquí no queda otro remedio que andar por la estrecha carretera casi tres kilómetros hasta regresar al punto de partida en Pont de Cebers. Este tramo de carretera es Camino de Santiago pero los arcenes brillan por su ausencia. Habrá que ir atentos siempre a los coches.

  • Desnivel + acumulado: 1.744 m
  • Horario total: 6 h. 15 min. 
  • Distancia recorrida: 25,7 km.

Chemin de la Mâture, literalmente excavado en la roca


El largo sendero atraviesa bosques mixtos de hayas que irán dando paso a los pastos en cotas altas


El Col d'Ayous nos recibe con vistas de postal hacia el Valle d'Ossau


Algunos tresmiles de la zona Piedrafita-Argualas


Cumbres hacia el sur, en territorio español


Por el oeste un extenso horizonte salpicado de cimas


Lac Gentau, Refugio de Ayous junto a su orilla y el omnipresente Midi


Caballos bajando hacia el Refugio de Larry


Refugio de Larry


Sendero hacia Urdos. Tráfico intenso


El caserío de Urdos ya se aprecia al fondo del Valle de Aspe


Urdos


Track del recorrido en Google

+Fotos              Track



martes, 11 de septiembre de 2012

Pequeña Facha (2.947 m.), Peña Aragón (2.918 m.) y Gran Facha (3.005 m.)


Desde el Balneario de Panticosa por Marcadau y regreso por Ibones de Pecico

Cima de la Gran Facha con los Infiernos al fondo

8 de septiembre de 2012,

   Habitualmente se suele ascender a la Gran Facha partiendo del Refugio de Respomuso por el lado español o desde el Refugio de Wallon si venimos por Francia. Me pareció interesante probar su ascensión desde el Balneario de Panticosa pasando a Francia por Marcadau y regresar después por los ibones de Pecico, lo cual tiene el aliciente de ascender por la vertiente norte y descender por la sur, permitiéndonos así conocer esta montaña desde diferentes perspectivas.

   Aproveché también para ascender a las cumbres de la Pequeña Facha y Peña Aragón aunque ello incrementa el desnivel acumulado de forma significativa. La ascensión a estas dos cimas es opcional.

   De cualquier modo la dureza del recorrido se verá suavizada si nuestra intención es solamente coronar la Gran Facha. Tenemos además la posibilidad de pernoctar en el nuevo Refugio de Bachimaña, con lo cual el desnivel a salvar en una jornada se reduce considerablemente.

   Decido madrugar y un poco antes de las 06:30 comienzo a caminar desde el Balneario de Panticosa (1.636 m.). El día ha acortado bastante y camino con el frontal. En una hora paso junto al desvío del nuevo refugio de Bachimaña (2.150 m.). Un gran grupo de montañeros abandonan en ese momento el refugio.

  Continúo el trazado del GR11 bordeando el embalse de Bachimaña por el oeste. Al llegar a la cabecera del embalse abandono el GR que se dirige hacia los Ibones Azules y los Infiernos  y me desvío hacia el norte por la senda que sube al Puerto de Marcadau (2.541 m.), donde llego a las 08:30.

   Ahora tendremos que descender un poco por la senda, ya en territorio francés, que baja hacia el Refugio de Wallon. Mi intención es perder la menor altura posible. Hay que rodear los contrafuertes rocosos que se descuelgan al norte del Pic Falisse.

   Sobre la cota 2.400 veo unos hitos de piedras hacia mi izquierda. Abandono en ese punto la marcada senda que baja hacia el refugio y atravieso una pedrera siguiendo los hitos sin perder ya desnivel. Bordeo las últimas estribaciones de la barrera rocosa del Pic Falisse que me bloqueaban el paso y giro en dirección oeste. Ya puedo ver el Collado de la Facha, más cerca de lo que pensaba, y la inmensa mole piramidal de la Gran Facha a su izquierda.

   Continuaré siguiendo los hitos por terreno rocoso. Dejo a mi izquierda un pequeño lago casi seco. A mi derecha, pero a una cota bastante más baja, veo el mayor de los “Lacs de la Fache”. Continúo por el cada vez más caótico terreno de rocas hasta enlazar con la sendero que viene desde el Refugio de Wallon y enseguida alcanzo el Collado de la Facha (2.660 m.). Son todavía las 09:20 de la mañana.

   Me tomo un descanso en el collado y me pongo crema para el sol, que ya empieza a calentar. Giraré ahora hacia la derecha para ascender a la Pequeña Facha (2.947 m.). Sigo algunos hitos, aunque básicamente se trata de progresar por el pedregal hacia el norte y una vez alcanzada la arista giramos a la derecha y, sin apenas complicaciones, continuamos la ascensión hasta la cima, donde llegaré antes de las 10:00.

   Disfruto un rato de las amplias vistas, aunque hay algo de calima y por eso las fotos no salen muy nítidas. Al sur, al otro lado del collado de la Facha, se yergue la altiva cima de la Gran Facha. Desde esta perspectiva la ascensión por la arista norte se ve empinada. Al oeste veo la más sencilla cima de Peña Aragón, donde luego subiré. Por detrás de esta asoma el Pico Cambalés, que ofrece una estampa más elevada y vertical y el impresionante Balaitus y las Frondellas perfilándose más lejos, por encima del Pico Cristales. Por el Norte, donde las paredes de la Pequeña Facha se desploman casi verticales,  puedo contemplar los Lacs de Cambalés, salpicando el recóndito vallecito de Cambalés y multitud de cimas más modestas que se pierden en el horizonte francés.

   Tras descansar bajo de nuevo hacia el oeste, bordeo un montículo rocoso que se alza en el collado que separa las cimas de Peña Aragón y Pequeña Facha y después remonto la pedregosa ladera hasta la cima de Peña Aragón (2.918 m.).

  Desde la cima contemplo el cercano Cambalés. Estoy tentado de ascenderlo también pero requiere perder mucho desnivel y después acometer otra penosa ascensión por otro largo pedregal. Pensando que todavía tengo que subir hasta la Gran Facha decido dejar esa cima para otra ocasión.

   Desciendo de nuevo al Collado de la Facha por incomodo terreno de rocas y desde allí acometo la última ascensión del día, con calma. Hay bastante trasiego de gente ascendiendo y descendiendo por esta vertiente. Voy atento a la posible caída de piedras, un riesgo nada desdeñable.

   La ascensión por esta vertiente no es difícil pero tampoco es tan sencilla como aparece en algunas publicaciones. Hay que seguir atentamente los hitos, que a veces son confusos por su mutiplicidad, y también habrá que realizar algunas sencillas trepadas ocasionalmente. Al llegar a un nudo de aristas en la cima algunos hitos nos pasan a la vertiente española y bordean la cresta unos metros por debajo antes de enviarnos a una pequeña canal que nos sacará ya muy cerca de la cima.

    Son las 11:40 cuando llego a la cumbre de la Gran Facha (3.005 m.). Descansaré un rato contemplando las vistas. Esta montaña se encuentra enclavada en medio de una amplia zona lacustre, rodeada de lagos e ibones por todas las vertientes.

  Bajaré ahora por la vertiente sur, por donde subí el año pasado con Carlos, cuando tras una larga travesía circular enlazamos la Gran Facha con el Tebarray. La bajada por el sur es en mi opinión más sencilla que por la otra vertiente. Desde la cumbre hay que proseguir por la arista cimera hacia el este hasta encontrar unos hitos que nos irán guiando el descenso hasta el Collado Sur de la Facha (2.835 m.).

   Desde el collado hay que bajar ahora por una larga pedrera en dirección al Ibón Bajo de Pecico. La salida del collado es un embudo inclinado y con piedra menuda suelta pero pronto la pendiente cede y se transforma en una pedrera que deja deslizar y perder desnivel rápidamente. Antes de llegar al ibón las piedras van siendo cada vez de mayor tamaño y tendremos que dejar de “esquiar en seco” para pasar a caminar.

   En el Ibón de Pecico haré un alto para comer y refrescarme. Estoy un buen rato en la orilla disfrutando de la soledad, el agua, el sol, el silencio y el aire puro. Tras el descanso proseguiré rodeando el ibón hasta enlazar con la senda por donde subía esta mañana camino del Collado de Marcadau.

   Ya solo tendré que desandar el camino. Media hora antes de llegar al coche caerá un ligero chaparrón que más que mojar refrescará el ambiente. Llegaré al coche con las piernas algo cargadas, tras algo más de ocho horas de caminata, pero con gran satisfacción de haber disfrutado de otro gran día de montaña.

  • Desnivel + acumulado: 2.001 m
  • Horario total:  8 h. 20 min. 
  • Distancia recorrida: 22,8 km.




Llegando al desvío de los Ibones de Pecico aparece al fondo la Gran Facha


Bajando por el puerto de Marcadau, en territorio francés, aparecerá la otra vertiente de la Gran Facha 


Desde la cima de la Pequeña Facha, hacia el norte el Pic Pantet y los Lacs de Cambales


Hacia el Oeste otras cimas, destacando el Balaitus


Desde Peña Aragón la Pequeña Facha se muestra algo afilada


Cerca de la cumbre de la Gran Facha veo al otro lado del Collado las cimas que antes he visitado


Punta Zarre tapa parcialmente el glaciar de los Infiernos


Vistas hacia el Valle de Marcadau con los Lacs de la Fache en el centro de la foto


Bajando hacia el Ibón de Pecico por la pedrera. Destaca a lo lejos el Vignemale


Track del recorrido en Google


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