martes, 29 de noviembre de 2011

Linás de Broto – Otal – Pelopín (2.007 m.) en circular


26 de noviembre de 2011,

   A falta de nieves, aprovechamos un espléndido día soleado que nos regala este remiso anticiclón de otoño para realizar una circular por los límites de las tierras del Sobrepuerto de Biescas.

   Hemos quedado nueve amigos en Biescas para subir con tres coches hacia el túnel de Cotefablo, por la carretera que se dirige a Torla y Broto. A la salida del túnel dejamos un coche, en el aparcamiento junto al silo de sal, punto habitual de comienzo de algunas rutas senderistas. Vemos que han llegado otros excursionistas franceses que se están preparando las mochilas.

   Con los otros dos coches continuamos unos cuatro kilómetros descendiendo el puerto de Cotefablo hasta alcanzar la localidad de Linás de Broto (1.230 m.). Aparcamos y comenzamos a caminar a las 09:25. En una reseña había leído que existía un PR que unía Linás con el pueblo abandonado de Yosa, pero como no encontramos las marcas ni carteles en el pueblo, y por no perder tiempo, decidimos bajar hacia el barranco para enlazar con una pista que se veía abajo y que también parecía ir en la dirección correcta. Imagino que para coger el PR deberíamos haber seguido un poco más en dirección sur, hacia una línea de alta tensión, pero no estoy seguro.

   Enseguida cruzamos el cauce del Sorrosal por una pasarela metálica de tramex, junto a un vado para vehículos, y comenzamos a ascender suavemente en dirección al barranco de Buchosa, por donde teníamos previsto ascender.

   Cuando llevamos media hora de marcha pasamos junto a un cartel que marca la senda que teníamos que haber cogido en un primer momento lo cual nos confirma que vamos por buen camino.

   La pista va empeorando hasta transformarse en una senda que transita por el fondo del barranco de Buchosa, junto al cauce del agua. Tras caminar otros quince minutos abandonamos el cauce del barranco pues la senda nos eleva por su margen orográfica derecha ganando altura rápidamente.  

   Mediante varias lazadas, por un bosque de pinos, seguimos un antiguo camino utilizado para la saca de madera. En cierto punto la senda se difumina y subimos un corto, pero empinado tramo, por el bosque hasta salir al cordal que hace de divisoria de aguas con el barranco de Yosa.. Estamos aproximadamente en la cota 1.600 m.

   Ya vemos el pueblo abandonado de Yosa,  unos 250 metros más abajo de donde nos encontramos. Y a nuestra derecha (oeste) también vemos la cima del Pelopín (2.007 m.), al cual se podría ascender directamente siguiendo la empinada pendiente.

   No obstante, nuestra idea es bordear el Pelopín por el sur para alcanzar el collado del Puerto de Yosa (1.927 m.) pues la subida es más suave y no tenemos prisa.

   Cuando alcanzamos el collado, Carlos y yo giramos a la izquierda y ascendemos los cincuenta metros escasos que nos separan de la cima del Matils, una modesta cumbre donde se alza una gran torre de piedras de más de tres metros de altura. Puede haber un error en la denominación de esta elevación pues según algunos planos su toponimia es “Pico del Pilón”, siendo en ese caso el Matils o Metils otra cumbre más al sur. En cualquier caso, sea cual sea su verdadero nombre, la alta torre cilíndrica de piedras es inconfundible.

   Nos hacemos unas fotos y bajamos para unirnos al resto del grupo que ya va llegando al collado. La mitad de nosotros bajaremos a visitar el pueblo abandonado de Otal (1.460 m.), siguiendo las marcas del GR15. El resto, que no tiene ganas de descender casi 500 metros de desnivel para luego volver a subir, decide continuar caminando plácidamente en dirección al cercano Pelopín donde nos esperarán sesteando.

   El grupo de Otal, queremos “sufrir”, y bajamos por prados y antiguos bancales invadidos por la vegetación hasta las ruinas del pueblo. Estamos un buen rato contemplando las viejas construcciones, quedan en pie algunas bonitas chimeneas. Algunas edificaciones han sido restauradas.

   Admiramos también los restos de la iglesia de San Miguel, de estilo original románico, aunque con posteriores reformas. Particularmente bonito me pareció el ábside serrablés. Sin duda merece la pena  una excursión al pueblo, siendo posible venir también desde el abandonado, a la vez que renombrado pueblo de Ainielle, revivido en la novela “la lluvia amarilla” de Julio Llamazares.

   Comemos un poco en un prado al sol y reemprendemos la marcha para reunirnos con el resto del grupo en la cima del Pelopín. Subiendo, con la tripa llena y con un calor asfixiante, parece mentira que estemos a finales de noviembre, algunos “desertan” durante la subida y deciden atajar y esperarnos en el collado de Otal (1.894 m.). Ya solo quedamos tres insensatos que, por cabezonería, llegaremos a la cumbre.

   Nos reunimos en el Pelopín con el resto del grupo, que está muy relajado tomando el sol. Las vistas desde la cumbre son muy buenas y se aprecian con gran nitidez destacadas cumbres del Valle de Ordesa y de la Sierra de Tendeñera así como el macizo del Cotiella, todas con un manto de nieve en cotas elevadas.

   Una vez nos hemos recuperado del “sofoco” emprendemos la bajada y nos juntamos con los “desertores”, que lejos de arrepentirse, dormitan en el collado como benditos con cara de felicidad.

   Bajamos siguiendo las marcas blancas y amarillas de un PR por una marcada senda en dirección al túnel de Cotefablo (1.428 m.), donde hemos dejado el “coche lanzadera”. Pero Toño, quizás como venganza por la dura subida desde Otal, nos dice que no tiene gasolina y no sabe si se quedará “seco” cuando nos baje a Linás de Broto.  Ante tal disyuntiva y la incertidumbre de vernos tirados en la carretera, Carlos y yo decidimos adelantarnos e ir a buscar los coches andando, o mejor corriendo, que es incluso más rápido.

   Así que bajamos como posesos hasta el aparcamiento del túnel. Vemos una senda que al otro lado del barranco parece que va en dirección a Linás pero, como no estamos seguros, decidimos no arriesgar y nos lanzamos trotando carretera abajo un par de kilómetros hasta desviarnos por un camino que desemboca en una antigua cabañera,  protegida por muretes de piedras a ambos lados, donde pastan multitud de vacas y terneros y que lleva rumbo directo al pueblo.  Caminamos a buen ritmo y enseguida alcanzamos Linás donde cerramos el círculo.

   Subimos de nuevo a Cotefablo con los coches y recogemos al resto del grupo. Paramos a tomar un café en Gavín donde nos reímos de buena gana con las increíbles historias de la azarosa vida de Pachi y nos despedimos hasta la próxima.

  • Desnivel + acumulado: 1.350 m.
  • Horario total: 7 h.
  • Distancia recorrida:21,8 km


Saliendo de Linás de Broto


Pachi saliendo del bosque de pinos


Carlos en la torre de piedras del Matils


Bajando del Matils, Carlos me sacó esta foto dando un bote


En Otal


Friso de la Iglesia de San Miguel de Otal


Cima del Pelopín


Track en google


+Fotos               Track


Otras excursiones por la misma zona:

3 comentarios:

  1. Al final os salio una bonita circular, tengo pendiente visitar el pueblo de Otal, pero haciendo la senda amarilla. Yo dí una vuelta el Domingo y hacía un calor de mil pares de narices, saludos

    ResponderEliminar
  2. Hola Eduardo. Visitar Otal en invierno, con abundante nieve, también debe tener un encanto especial. Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Hola David!

    Un recorrido muy bonito, al que hacen honor las fotos que hicisteis.

    Aunque casi todos esperamos la nieve en candeletas, el otoño es mi estación preferida.
    Os hizo un día genial.

    Saludos y montañas!

    Esther y David.G.G.

    ResponderEliminar

Gracias por vuestros comentarios y sugerencias.